Aumento del predial en más de 10 veces respecto del 2023, falta de recolección de residuos y una espera más larga en el suministro de agua potable, así como problemas para mantener la identidad, costumbres y respeto a sus habitantes, opacan la magia del barrio más antiguo de la ciudad de Oaxaca, el que recientemente cumplió un año con la denominación otorgada por la Secretaría de Turismo federal.
San Matías Jalatlaco, antaño un pueblo o barrio de curtidurías que pocos se atrevían a visitar por considerarlo pestilente, congregó a más de 5 mil almas en el Viacrucis de la Semana Santa, una conmemoración que por segundo año consecutivo también incluyó la instalación de tapetes monumentales, hechos por el colectivo Alfombristas Mexicanos, de Tlaxcala, y patrocinados por el oaxaqueño Sergio Castro.
Los tapetes que se acostumbran en aquel estado son también una forma de evocar las tradiciones de los tapetes de Día de Muertos en Oaxaca, defiende el Comité de Vida Vecinal (Comvive) sobre las piezas que este fin de semana seguían atrayendo a los turistas.
Pero en medio del colorido de sus calles y murales o el orgullo por los dos árboles de coquito de más de 300 años y su templo, los claroscuros persisten.
“Hemos tenido pláticas con gobierno estatal y municipal para rescatar otras calles empedradas del barrio, con el estado está el proyecto para la calle Narciso Mendoza. De parte del municipal, no hemos logrado ningún apoyo, nos pidió propuestas, le dimos las propuestas de dónde sacar el recurso para la calle de Niños Héroes. Aun así, no tuvimos el apoyo”, señala Julio César Navarro, responsable del área de cultura en el Comvive.
Como este rescate, el comité cuenta que se ha pedido el de las plazuelas de la calzada de La República, que cubre al río Jalatlaco. Hasta ahora, dice que tampoco se han contemplado ni concretado apoyos para esto, a lo que suma la intervención de personas ajenas al barrio que “quieren hacer y deshacer”, como con la colocación de una cruz de acero cerca de donde estuvo un emblemático higo de la calzada.
“Sabemos que no hay permiso ni del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ni de (la Dirección de) Centro Histórico porque son materiales que no están permitidos en el polígono (del Centro Histórico”… (pero ) nos llamó la atención que se puso de la noche a la mañana. Si un vecino quiere pintar su pared, a la hora ya llegaron los supervisores del municipio. Nos llama la atención que aquí hayan puesto una cruz tan fácil”.
Para Navarro, intervenciones como esta atentan contra los habitantes y el mismo barrio, pues “ahora todo mundo se siente dueño del barrio y quiere disponer de él”. Sin embargo, aclara que “los vecinos no están dispuestos a eso” porque es a ellos a quienes les ha costado “trabajo y sudor” lograr lo que hasta ahora es Jalatlaco.
“La fiesta y la alegría es por los vecinos. Dígame qué hotel hace algo aquí; ninguno hace nada. Las fiestas de todos los pueblos y ciudades son gracias a sus vecinos”.
Ante esta cruz de acero, advierte que se emprenderán acciones para su retiro, aunque negó que no es por lo que “pudiera representar sino por la violación a reglamentos como al no tomar en cuenta el punto de vista de los vecinos”.
Respecto de los problemas, el barrio ha pedido el rescate de sus calles, pero no sólo por el nombramiento sino porque el empedrado de estas y las tuberías tienen más de 50 años, cuando se terminó el entubado del río Jalatlaco.
Aumenta predial, de 2,500 a más de 20 mil
Del municipio, Julio César negó que haya apoyos a Jalatlaco. Aunque sí un incremento exponencial y arbitrario de los impuestos prediales y de la continuidad de operaciones. “Prediales de 2,500 se fueron a 18 mil y 25 mil pesos. Los vecinos no están dispuestos a pagar esto porque ni siquiera fue un 20 o un 30 por ciento, están disparados. ¿En qué se basaron? Desconocemos”.
Tenemos pésimos servicios, ahonda Julio César sobre la falta de garantías en el servicio de recolección de desechos, que corresponde al municipio. Asimismo, y aunque consideró que se trata de un problema generalizado en el país y el mundo, y que corresponde a la administración estatal, también hay problemas con el suministro de agua potable, algo que se ha agravado en los últimos años por omisión gubernamental y la falta de lluvias.
Gentrificación turística, otro problema
Luego de que diversos especialistas han identificado a este barrio como una de las zonas afectadas por la gentrificación (que se observa no sólo en el cambio del barrio sino el desplazamiento de las personas originarias por externas con mayor poder económico), Navarro reconoce que en Jalatlaco sí se da este problema y el de la turistificación (cambio hacia negocios o vocaciones turísticas por sobre la habitacional de largo plazo).
En este barrio se estima que son poco más de 900 habitantes y que el 80 por ciento de su población es la que ha permanecido por generaciones o dio origen al mismo. Pero a decir del comité, son las propias autoridades las que han incidido en que la gentrificación y turistificación afecta a Jalatlaco. Esto al aumentar el predial u otros impuestos que difícilmente pueden pagar las familias originarias. O al quitar candados para la venta de propiedades a extranjeros.
“Aquí la gran diferencia es que muchos de los vecinos en lugar de rentar sus casas o venderlas ellos mismos están poniendo sus negocios. Ha sido una medida en la que se frena el proceso de venta de las casas”.
