Como cada año, en presencia de los sacerdotes que conforman la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, el Arzobispo Pedro Vásquez Villalobos, encabezó este martes la Misa Crismal, en donde hizo un llamado a todos los representantes de la iglesia católica para ser buenos pastores.
Me llena de alegría poder compartir con mis hermanos sacerdotes esta eucaristía que conocemos como la Misa Crismal, donde nos reunimos, junto con nuestro Obispo, para darle gracias a Dios por lo que hace en nosotros y a través de nosotros, para hacer oración, bendecir y consagrar el óleo del Santo Crisma”.
El Arzobispo invitó a todos los sacerdotes presentes a seguir denunciando las situaciones que no están de acuerdo al pensamiento divino, “pero, siempre con caridad, con respeto a todos nuestros hermanos”.
Sean esos labios que purifica Dios en los diferentes momentos de su anuncio, del anuncio de su Palabra, de su Evangelio. Purifíquense siempre esos labios y díganle a Dios siempre que ponga palabras en sus labios y que usted sienta, padre, que está hablando a ese pueblo lo que Dios quiere que en este día Dios le diga”.
Vásquez Villalobos también agradeció a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Antequera por ser buenos evangelizadores. “Gracias por anunciar la Palabra de Dios, gracias por denunciar situaciones de pecado, de injusticia, de maldad. Gracias porque usted es un profeta y que tiene que hablar con la verdad y con valentía, pero sin perder el respeto y la caridad en favor de nuestro pueblo”.
Hoy también quiero recordar con mis hermanos el tesoro que tenemos de santificar a nuestro pueblo. En primer lugar, santifiquemos a nuestro pueblo congregándolo en torno a un altar para celebrar los Sagrados Misterios. No se cansen de ofrecer al Padre el sacrificio de su hijo Jesucristo, celebrando con piedad y devoción, con profunda fe la Eucaristía que usted y yo sabemos que son el centro y el culmen de nuestra vida cristiana”.
Pidió a los sacerdotes celebrar las eucaristías en favor de nuestro pueblo, a unirse a las peticiones y los ruegos de los fieles, “que tanto nos piden oración y más oración y nos entregan unas hojitas que nosotros recibimos y que solemos leer, porque nuestro pueblo le gusta escuchar que voy a pedir por sus intenciones”.
Nuestro pueblo está necesitado de oración, nos lo expresa de muchas formas. Que también nosotros, sacerdotes, sintamos la necesidad de hacer oración y, principalmente, la oración de la Eucaristía, la liturgia de la Eucaristía”.
Al mismo tiempo, exhortó a los presentes a fungir como buenos pastores de la iglesia católica. “Sea un gran pastor. Sea ese hombre de Dios, así lo ve nuestro pueblo a usted, el hombre de Dios, nuestro sacerdote, nuestro padre, siga viviendo su sacerdocio en plenitud, sígase desgastando por la comunidad, sígase entregando a ellos con fidelidad, sígase santificando cada día en el ejercicio del ministerio”.
Ame a sus fieles, ámelos profundamente y déjese amar por ellos. Sienta el amor, el amor de su pueblo. Nuestro pueblo los quiere, de eso yo soy testigo, nuestro pueblo los quiere a todos ustedes, porque son sus sacerdotes, porque usted es mi padre, así le dice la gente, usted es mi padre, gracias por ser padre”, destacó.
