Con dos nuevos casos en la última semana y un acumulado de 82 en lo que va del año, Oaxaca duplicó este 2023 el número de pacientes con hepatitis C en comparación con 2022 en el mismo periodo, cuando se notificaba un total de 45.
El panorama epidemiológico de la Secretaría de Salud federal señaló que en la entidad 62 nuevos casos tuvieron registro en hombres y 20 en mujeres, ubicando al estado en el doceavo lugar de los estados con el mayor número.
La Organización Mundial de la Salud (OMSS) define a la hepatitis C como una infección vírica que afecta al hígado y puede causar manifestaciones agudas y crónicas, además de generar la muerte.
Esta enfermedad se transmite a través del contacto con sangre infectada, “que puede ocurrir al compartir agujas o jeringas o al no evitar riesgos al practicar ciertos procedimientos médicos, como ocurre al realizar una transfusión de sangre o hemoderivados sin analizar.
La hepatitis C es una inflamación del hígado y puede causar síntomas como fiebre, cansancio, pérdida del apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura y color amarillo de la piel o los ojos.
La mayoría de las infecciones se producen por exposición a sangre infectada cuando como consecuencia de las prácticas de inyección o de atención de salud poco seguras, las transfusiones de sangre sin analizar, el consumo de drogas inyectables y las prácticas sexuales que conllevan contacto con sangre”.
La OMS estima que hay 58 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C en el mundo y que, cada año, se producen alrededor de 1,5 millones de nuevas infecciones.
Según los cálculos, 3,2 millones de adolescentes y niños están infectados de forma crónica por este virus”.
Expuso además que “los antivíricos de acción directa pueden curar más del 95% de los casos de esta infección, pero el acceso al diagnóstico y el tratamiento es escaso.