La temporada inicia cada año, tras la primera gran lluvia que ocurre entre junio y julio, las chicatanas emergen de sus hormigueros en un espectáculo natural único. Estas hormigas voladoras pululan por todos lados, ofreciendo a los recolectores un breve lapso de tiempo para capturarlas. Con tan sólo unas pocas horas para recogerlas a mano, los recolectores aprovechan al máximo este momento, pues las chicatanas no volverán a verse hasta el próximo año, cuando reanuden su ciclo de desarrollo en sus hormigueros.
¿En qué estados se recolectan las chicatanas?
La recolección de chicatanas es una tarea que requiere habilidad y paciencia. Los recolectores utilizan bolsas de plástico con un poco de agua en su interior. Esta técnica evita que las chicatanas se peguen entre sí y permite capturar una mayor cantidad sin que se escapen. La recolección de estos insectos es una tradición ancestral en México, especialmente en los estados de Oaxaca, Veracruz y Chiapas.
La hormiga chicatana, cuyo nombre científico es Atta mexicana, es una variedad de hormiga roja o arriera. Estas hormigas, que aparecen con las primeras lluvias, son las reinas y reyes de sus colonias. Sólo las “princesas” y “príncipes” nacen con alas, y una vez en su vida emergen a la superficie para realizar un vuelo nupcial durante la madrugada. Tras aparearse, los machos mueren, mientras que las hembras cortan sus alas y buscan un lugar adecuado para construir un nuevo nido y fundar una colonia.
La hembra preñada excava el hormiguero inicial, donde dará a luz a las primeras obreras que cuidarán de ella y de la colonia en formación. Este ciclo de vida singular contribuye a la limitada disponibilidad de chicatanas, haciendo que su recolección sea un evento anual muy esperado.
¿Desde cuándo se comen las chicatanas?
Las chicatanas tienen un lugar especial en la gastronomía mexicana. Desde tiempos ancestrales, los habitantes de México han consumido estas hormigas de diversas maneras: crudas, fritas o asadas. Hoy en día, las chicatanas son consideradas un manjar exquisito y son utilizadas en la alta cocina por chefs que buscan ofrecer experiencias culinarias únicas.
¿Las chicatanas pueden acabarse?
Afortunadamente, las chicatanas son un recurso aún abundante que puede ser aprovechado tanto gastronómica como comercialmente. Su recolección y consumo no sólo preservan una tradición cultural, sino que también contribuyen a la economía local, especialmente en las regiones donde se recolectan.