“Somos gente de paz; sólo queremos pasar”
Nuestro objetivo es llegar a Norteamérica, no queremos quedarnos en México, indicó un migrante tras su arribo a la capital oaxaqueña
Queremos llegar a Norteamérica para tener una mejor vida. Somos gente de paz”, externó un migrante quien, con el sudor en la frente, con los pies cansados, pero con el coraje de seguir el camino, caminó por la carretera 175 en el tramo de San Bartolo y Santa María Coyotepec.
El Viacrucis migrante, que partió hace varias semanas de Chiapas, arribó a la zona conurbada de la ciudad de Oaxaca en medio de un fuerte operativo policiaco y de la presión de una parte de la sociedad.
Mientras una extranjera avanzó con su carriola y su hija sobre la carpeta asfáltica bajo los fuertes rayos del sol que daban un termómetro de 30 grados centígrados, algunos comercios cerraron sus puertas.
La gente temerosa sólo se asomó para ver el paso de mujeres, hombres, personas adultas, niñas y niños.
Sin embargo, había otros ciudadanos que aportaron frutas, alguna moneda, agua y comida al grupo de migrantes que pasó por esta carretera; la pobreza de la caravana se reflejó en las pocas pertenencias que cargaron a cuestas.
Ahí en el grupo iba una mujer de tez morena, con ropa color rosa y en su aspecto se notó el cansancio y la falta de servicios básicos a su paso y alcance.
Es un sufrimiento venir de esta manera, pero nuestro objetivo es llegar a Norteamérica, no queremos quedarnos en México”, dijo para confesar que venía de Venezuela con el sueño de tener mejores condiciones de vida para ellos y su familia.
Las mujeres entre temor y molestia, no daban mayores datos.
Cuando el operativo policíaco quiso desviarlos en la carretera 175 en el crucero de San Bartolo Coyotepec, lamentó que les hicieran más duro el camino.
Con una cruz de madera, un migrante iba rezando y pidió a Dios que las autoridades de México no pongan obstáculos en la ruta.
Señor te pido que nos ayudes padre nuestro, queremos pasar con nuestra familia para Estados Unidos, no le hacemos daño a nadie”, suplicó.
A su lado, mujeres y niños de países como Venezuela, El Salvador, Guatemala, caminaron y se perdieron en el espejismo de una carretera, como esta travesía que llevan con destino a Estados Unidos.
