¡Deslumbra la Octava!
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¡Deslumbra la Octava!

Fascina el crisol cultural, la explosión de colores, la combinación de sonidos y la cultura oaxaqueña


Foto: Jorge Luis Plata / Desde el inicio de la Octava de los Lunes del Cerro, el auditorio Guelaguetza luce hasta el tope.
Foto: Jorge Luis Plata / Desde el inicio de la Octava de los Lunes del Cerro, el auditorio Guelaguetza luce hasta el tope.

Un auditorio repleto en la octava de la Guelaguetza apenas hace olvidar el Primer lunes del Cerro, cuando dos palcos lucían semidesiertos al iniciar la máxima fiesta de los oaxaqueños, poco después de las 10:00 horas.

Esta vez casi todos los asientos lucen ocupados. A las 9:30 de la mañana algunos consultan el reloj o releen el programa que índica el orden de participación de las delegaciones, mientras otros aprovechan el escenario para tomar fotografías y videos.

El Dios Nunca Muere se deja escuchar por el tenor Rodrigo Petate y hace estremecer a miles con su interpretación, mientras todos se ponen de pie a quienes honran y respetan el himno de los oaxaqueños.

Minutos antes de las 10 horas el auditorio se encuentra a su máxima capacidad y se anuncia la presencia de las Chinas Oaxaqueñas con el Jarabe del Valle, al mismo tiempo que los aplausos y los gritos de alegría se dejan escuchar por todos lados.

Frente a la Rotonda de la Azucena, miles de oaxaqueños, visitantes nacionales y extranjeros disfrutan de la cultura y tradición que se muestra en la edición matutina de la octava de la Guelaguetza, donde diversas etnias se alistan para mostrar parte de sus danzas, sones y jarabes.

Las canastas y faldas multicolor; las marmotas y la alegría de los participantes, apenas anuncian lo que miles verán por más de dos horas, acompañadas por la banda de música de la Secretaría de Seguridad Pública y de las propias comunidades.

Frente a un cielo con nubes resplandecientes que se muestran detrás de la rotonda, llega el turno de Cuilapam de Guerrero con la danza de la Pluma, que recuerda pasajes de la Conquista de México; de aquellos conquistadores y conquistados.

 

Foto: Adrián Gaytán / Cuilapam llega con la Danza de la Pluma.
Foto: Adrián Gaytán / Cuilapam llega con la Danza de la Pluma.

 

Al frente de los danzantes con sus grandes penachos y colorida vestimenta, artesanos muestran cómo se elabora un canasto con palma o las sonajas que aquellos portan en mano en todo momento para mostrar el encuentro de dos culturas.

Después de una serie de ovaciones que apenas logran mantener sentados a muchos, se cuenta ahora con la participación de los originarios de San José Tenango con los sones mazatecos, que transportan a las altas montañas y al lugar del guasmole.

Se da paso después a los zapotecos de Santa Lucía Ocotlán con el jarabe tiznado, donde es día de boda y los novios comparten su felicidad con una serie de obsequios, acompañados por sus padrinos, mujeres y hombres que bailan cargando comales, ollas, cazuelas y baúles.

Pronto llegan los tacuates de Santa María Zacatepec con su boda, fandango y carnaval, donde las mujeres portan jícaras en la cabeza y su andar lento en medio del humo del copal, anuncian una ceremonia de compromiso.

Ahí los diablos dan inicio a la festividad encabezados por el diablo mayor, todos cubiertos de rojo, con movimientos veloces que asombran a propios y extraños de la entidad.

Los zapotecos de San Mateo Macuilxóchitl con la mayordomía de San Mateo Apóstol y Evangelista muestran la tradición con invitados y mayordomos, así como el tepache listo y los canastos con platillos propios de la comunidad.

 

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De la Mixteca oaxaqueña hace presencia San Sebastián Tecomaxtlahuaca con la danza de los diablos, lugar de cultura y tradición, luciendo sus artesanías y su peculiar zapateado, entre el constante sonar de los látigos y una serie de máscaras que ocultan los rostros en todo momento.

Una música suave da entrada a los zoques de San Pedro Tapanatepec con la lavada y planchada de la ropa de San Pedro Apóstol, siendo una de las más aplaudidas por los asistentes, que no dejaron de admirar aquellas faldas floreadas de mujeres originarias de la tierra del mango.

Los mixtecos de San Andrés Huaxpaltepec con el fandango de cajón en la Mayordomía de San Andrés, muestran a los toritos adornados de papel china durante una procesión y un desfile que se engalana con telares de algodón.

Después los zapotecos de la Heroica Villa de San Blas Atempa muestran su tradicional fiesta patronal de San Blas Obispo, donde lucen las mujeres elegantes con sus trajes de la tierra dorada, la cabeza adornada de flores y su elegante caminar.

La euforia también se hace presente cuando llegan los mestizos de Santa María Huatulco con sus sones y chilenas, pese a un cielo nublado y la presencia de lluvia por algunos minutos, pasando desapercibido por la mayoría.

En un auditorio repleto donde horas antes la Diosa Centeótl dio la bienvenida a los asistentes portando su cetro, una pieza tallada en madera cubierta con hoja de oro, los mazatecos de San Felipe Jalapa de Díaz con coloridos bordados y el sonido del caracol, muestran a las pastoras que arrullan al niño Dios, protegiéndolo de la maldad del Rey Herodes.

En esta octava de la Guelaguetza, donde también asiste el gobernador del Estado, Salomón Jara Cruz, el jarabe mixteco con la Heroica Ciudad de Huajuapan de León y la boda chatina con Santos Reyes Nopala, mantiene a miles atentos en cada minuto.

 

Foto: Adrián Gaytán / San Juan Bautista Tuxtepec con la Flor de Piña, se luce una vez más.

 

Pronto, uno de los bailes más esperados, el de Flor de Piña con San Juan Bautista Tuxtepec, anuncia que la edición matutina llegará a su fin. Decenas de mujeres “de facciones bellas y cabellera que se enreda en listones de seda”, con su colorida vestimenta y alegre andar, erizan la piel cuando se dirigen al fondo del escenario al mismo tiempo.

Con la boda solteca de San Miguel Villa Sola de Vega se despide la octava de la Guelaguetza 2023, donde la novia de blanco y larga trenza muestra las costumbres que aún prevalecen en esta tierra de tradición mezcalera y de mujeres bellas.

A las 14:00 horas las diferentes delegaciones se concentran para despedirse e invitar a los asistentes a la próxima Guelaguetza 2024, mientras la música y el baile genera resistencia en muchos para salir del auditorio.


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