“Expoferias” venta de alcohol a dos metros de una escuela
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“Expoferias” venta de alcohol a dos metros de una escuela

Mezcal, curados y cremas de mezcal se ofrecen en el Labastida, zona prohibida por estar cerca de un espacio educativo


“Expoferias” venta de alcohol a dos metros de una escuela | El Imparcial de Oaxaca

Para estar en la calle Constitución, en el andador turístico o en el jardín Labastida el fallido proyecto del reglamento de comercio en vía pública decía que era necesario el consentimiento “por escrito de al menos cinco vecinos” de 30 metros a la redonda y del titular del predio frente al que se instalen. 

Aunque en la realidad bastó infringir el reglamento que data de 1999 (que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en la vía pública) y al que en 2022 el nuevo cabildo agregó algunas precisiones sobre la zona prohibida.

En la realidad y en medio de la fiesta folclórica de Guelaguetza también se violaron los acuerdos, como quedó demostrado este fin de semana.

“El mezcal como a las mujeres (sic) a besitos” se leía en la publicidad de una marca que como tantas ha hecho de una bebida tradicional un producto comercial para el mejor postor. Aunque tampoco faltaban las ofertas en otros de los puestos donde además había curados y cremas de mezcal.

“Uno en 110 y 2 por 200”. El vendedor y el turista empezaban el trato mientras la gente se hacía espacio para llegar a los demás puestos.

“¡Pásele, pásele! ¿Qué le damos aparte de un susto?” 

“Es menester que nosotros como regidores presenciemos y … estemos al tanto que quienes se instalen sean efectivamente artesanos y se instalen en las condiciones que el propio dictamen establece”, decía el presidente Francisco Martínez Neri a propósito de las expo ferias. Aunque en la realidad ni él ni su cabildo habían corroborado el respeto al dictamen o al reglamento.

Dulces típicos y la bebida tradicional de algunos pueblos del valle eran imprescindibles en la expo feria que iba en su segundo día de los 18 días autorizados por un costo de apenas cientos de pesos. Aunque en la denuncia de los vecinos del Pañuelito se exponían cifras de 10 mil 1 5 mil pesos cobrados por las y los organizadores de ellas.

“Quien te pidió de 10 mil a 15 mil pesos extra no te está ayudando sino extorsionando”. Con lonas y protesta, los vecinos denunciaban la existencia de “El cártel de las expos” un día después de ser agredidos en el palacio municipal.

Pero este sábado, bajo la sombra blanca de las carpas colocadas tres días antes y en pasillos donde apenas podían ingresar o salir dos personas a la vez, quedarse para ver los huipiles y elegir uno de ellos, alguna empanada, una artesanía de madera o accesorios artesanales te arriesgaba a ser atropellado o empujado por los turistas con aspecto obligado de sombrero, gafas de sol, playera tipo polo y gorra.

Ninguno de los 303 permisos aprobados para las expo ferias contemplaba la venta de alcohol, pero en el jardín Antonia Labastida (zona prohibida según el reglamento municipal), lo que sobraban eran las botellas de la bebida calificada por muchos como ancestral y artesanal.

Ni los reclamos ni la exigencia de respeto al reglamento de decenas de ellos bastaron al ayuntamiento de Oaxaca de Juárez. En lo oscurito, con la casa llena de organizaciones comerciales que exigían su derecho a trabajar y decían ayudar a quienes necesitan vender sus artesanías, el cabildo probó en diversas fechas más de 500 permisos.

Y días antes, la otrora Verde Antequera no solamente se llenaba de la decoración que emulaba el papel picado sino de grandes carpas para la venta de temporada. Una en la que los huipiles, las tallas de madera, las botellas de mezcal con su respectiva sal eran ofrecidos en al menos tres puestos.

En el jardín se habían autorizado 50 permisos temporales, previo pago tres días antes de la fecha esperada. Aunque era complicado saber la cifra exacta de vendedores que se mezclaban estos días en el espacio también conocido como el jardín del arte y que ahora era un espacio comercial más.


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