Guelaguetza, celebración de vida
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Guelaguetza, celebración de vida

Ausencia de algunas delegaciones, emotivas presentaciones y reinvención de la festividad


Guelaguetza, celebración de vida | El Imparcial de Oaxaca
Fotos: Adrián Gaytán / El donaire de la mujer de la Cuenca del Papaloapan y la Flor de Piña

Las filas empezaron desde una noche antes, tras concluir la primera edición de “Donají…La Leyenda”. Quienes no alcanzaron a adquirir uno de los boletos para las secciones A y B, o no podían costearlos, optaron, como cada año hasta el 2019, llegar con varias horas de antelación para tener un buen lugar en las secciones gratuitas: C y D.

Afuera del auditorio Guelaguetza, las y los comerciantes ofertaban atole, churros e incluso frituras en las primeras horas de este lunes. Cientos y cientos de personas aguardaban a las orillas de la carretera del Fortín. Un rebozo o chamarra para la fresca mañana, huipiles a tono con el ansiado espectáculo o sillas portátiles para aguantar la espera eran parte de una escena que se repetía dos años después de suspenderse.

Pero aun con quienes llegaron minutos antes del programa, el auditorio Guelaguetza no logró llenarse para la primera edición del Lunes del Cerro. Cientos de lugares quedaron disponibles en la sección más lejana del escenario donde más tarde bailarían 13 delegaciones de siete regiones del estado.

“No es como antes”, decía un vendedor de atole alrededor de las 8:00 horas. Cerca de las 10:00 las filas y la confusión imperaban en los accesos para las secciones A y B, entre quienes acudían para ver la promocionada como la “máxima fiesta de las y los oaxaqueños”. Y a quienes varios revendedores ofrecían boletos a última hora, algunos de ellos falsos.

Este gran regalo que significa la guelaguetza en zapoteco es también la gran oportunidad, después de dos años, para celebrar la vida y seguir haciendo grandes nuestras tradiciones, nuestra cultura y nuestra historia”, externaba el gobernador del estado, Alejandro Murat, al arribar al auditorio. En un estado donde las fiestas representan el respiro de más de 460 millones de pesos para el sector turístico, el gobernador describía también un “Oaxaca lleno”, donde “hay fiesta” y alegría.

 

El Jarabe Mixteco / La ingravidez que alcanzan los Danzantes de la Pluma

 

En medio de la pandemia, los Lunes del Cerro creados en el año 1951 se retomaban ayer con un minuto de silencio y el vals “Dios nunca muere”. En el aniversario 90 del Homenaje Racial (realizado en abril de 1932), la nueva edición de las fiestas de Guelaguetza tenía su momento crucial con el programa en que las 13 delegaciones seleccionadas. Las que, provenientes de igual número de comunidades, representaban sus tradiciones ante miles de turistas nacionales y extranjeros, de funcionarios federales y estatales.

Junto al gobernador y su esposa, Ivette Morán, presenciaban el espectáculo sus invitados especiales: la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, la gobernadora del Estado de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México, Víctor Villalobos Arámbula, y el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri. Todos ataviados con parte de la indumentaria tradicional del estado.

La fiesta que tomó su actual nombre en los años 50 y se hacía en la extinta rotonda de las azucenas volvía después de una pausa. Dos años en los que murieron miles de oaxaqueños a causa del coronavirus y por quienes se rendía ese minuto de silencio, previo a la aparición de la representante de la diosa Centéotl, Jacsenic Maybeth Rodas González, originaria de Santo Domingo Tehuantepec.

Al desfile de delegaciones del sábado seguía ahora el primer programa del Lunes de Cerro en el auditorio. Se concretaba así a fiesta promocionada en el Times Square de Nueva York. Y tras la bienvenida por parte de la diosa Centeótl aparecían los chirimiteros de la delegación de Chinas Oaxaqueñas. Al ritmo del “Jarabe del Valle”, las mujeres bailaban portando canastas con flores y la indumentaria que ha caracterizado a la mujer de la llamada “clase popular”, y junto a ellas un grupo de faroleros, monos de calenda y marmota como los acostumbrados en las calendas.

 

Jacsenic Maybeth Rodas González, originaria de Santo Domingo Tehuantepec, Diosa Centéotl / La delegación de Huautla de Jiménez y los sones mazatecos

 

De la región el Sotavento, que une a estados como Oaxaca y Veracruz, llegó Loma Bonita con su fandango para mostrar los mejores pasos sobre una tarima de madera. La boda chatina, su tornaboda y las chilenas de la costa arrancaron aplausos con la participación de Santos Reyes Nopala. Un momento de solemnidad se vivió con Huautla de Jiménez, que a través de la “lavada de cabeza de los novios” mostraba las tradiciones mazatecas.

La rendida de culto de San Sebastián Tutla trajo nuevamente la música del “Jarabe del Valle” para mostrar una celebración a su santo patrono. Con danzantes que por segundos parecían suspendidos en el aire, Huajuapan de León se unía al programa, a través de su “Jarabe Mixteco”.

Por momentos, el júbilo y las ansias de ver la ejecución del baile “Flor de Piña” (con Tuxtepec) o las chilenas de la Costa (con Sola de Vega) reavivaban el interés de un público que al finalizar cada delegación se abalanzaba para atrapar una piña, una artesanía de palma u otra ofrenda.

Aunque cientos de asistentes comenzaron a salir pasada la mitad del programa, otros aguardaron para ver a Zaachila, Ejutla de Crespo y San Pedro Comitancillo en el primer programa en el auditorio Guelaguetza. Uno que al cerrar la edición con las chilenas de Pinotepa Nacional, volvía a lucir semi vacío como al inicio.


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