Triplican solicitudes de comida para el Banco de Alimentos
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Triplican solicitudes de comida para el Banco de Alimentos

Pasan de 800 a más de 2 mil 500; caen 66% donativos


Triplican solicitudes de comida para el Banco de Alimentos | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Archivo El Imparcial / En la Central de Abasto la inseguridad frena la recolección de alimentos

El Banco de Alimentos de Oaxaca (BAO) enfrenta una crisis por la disminución de donativos y los efectos de la pandemia por Covid-19, que se resienten aún más en este año. De 12 toneladas que recibía al mes en 2019, hasta ahora mantienen una disminución del 66%.

Dulce Edith Aragón García, directora operativa del BAO, explicó que en un primer momento las empresas donaban y estaban más dispuestas a hacerlo en años previos a la pandemia, pero ahora los donativos se vieron aún más mermados por la reciente inflación.

Señaló que muchas instituciones disminuyeron la donación de productos al BAO porque no esperaban que la emergencia sanitaria durara tanto tiempo, además de las afectaciones por el constante aumento en el precio de los mismos. A la fecha, el Banco de Alimentos recibe apenas 4 toneladas al mes.

Luego de señalar que este organismo estatal ha tenido complicaciones en la obtención de abarrotes y productos de primera necesidad, Aragón García señaló que en el primer año de pandemia se incrementó el número de solicitudes de apoyo a las familias, al pasar de 800 a más de 2 mil 500.

Ante este incremento en el padrón de beneficiarios, el Banco de Alimentos inició con un proceso complicado por la disminución de donativos, pero sin dejar de operar en apoyo a las familias oaxaqueñas.

Con la disminución de contagios de Covid-19, la reactivación de diferentes actividades y la recuperación de empleos, cientos de familias que habían solicitado el apoyo comenzaron a retirarse del padrón del BAO, que a la fecha tiene un registro de 800 a mil 200 familias.

En entrevista, la directora operativa recordó que el BAO también compra productos como frijol y arroz, cuyos precios aumentaron considerablemente, al igual que el aceite. Ante ello, señaló que  mantener el padrón sin donativos suficientes, les representa varias complicaciones.

Y es que además de no contar con la misma captación de toneladas de productos de la canasta básica, la pandemia por Covid-19 no les ha permitido a la fecha realizar las colectas que realizaban cada año en escuelas o casa por casa.

Las condiciones aún no lo permiten y por ello se reduce aún más nuestra capacidad de atención. Hemos hecho todos los esfuerzos que se han requerido para lograr donativos y poder abastecernos de lo que necesitamos”, señaló.

 

Por inseguridad, BAO ya no ingresa a la Central de Abasto

Al destacar que antes el BAO captaba diversos productos en la Central de Abasto, la directora operativa afirmó que dejaron de ingresar a la zona desde 2018 por la inseguridad que prevalece.

Además del robo de varias cajas de productos que les donaban comerciantes de la zona, personal del BAO también eran testigos de peleas callejeras en el lugar y del cobro injustificado de estacionamiento.

A esto se suma que los locatarios del Mercado de Abasto tenían una gran demanda de apoyo por diversas organizaciones de la sociedad civil, que realizaban visitas todos los días.

Con 23 años de servicio en el Estado, el Banco de Alimento que se sostiene con apoyos económicos que reciben de algunas fundaciones y cuotas de recuperación que aportan los mismos beneficiarios, busca de manera constante el apoyo de las empresas para poder recuperarse y ofrecer apoyo a más familias que lo necesiten.

Del desperdicio de alimentos en la entidad, la entrevistada señaló que en Oaxaca no hay una estadística o censo que refleje  esta situación, pero aseguró que es el perecedero el que más se desperdicia.

 

En el mundo, un tercio de alimentos son desperdiciados

 

Alimentos que se pierden

  • 25.3% raíces, tubérculos y cultivos oleaginosos
  • 21.6% frutas y hortalizas
  • 11.9% las carnes y productos de origen animal
  • 8.6% cereales y legumbres
  • 10.1% alimentos

 

De esta situación, de acuerdo a la carpeta informativa “Desperdicio de Alimentos” del Centro de Estudio Sociales y de la Opinión Pública de la 65 legislatura federal, “el hambre en el mundo continúa en aumento, mientras que un tercio de todos los alimentos producidos se pierde o se desperdicia”.

En el documento expone que los alimentos se pierden o se desperdician en toda la cadena de suministro desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares. Los que nunca se consumen, señala, también representan un desperdicio de recursos, como la tierra, agua, energía, suelo, semillas y otros insumos utilizados en su producción.

Resalta que entre los alimentos que más se pierden se encuentran las raíces, tubérculos y cultivos oleaginosos (25.3%), después las frutas y hortalizas con una pérdida de 21.6%; las carnes y productos de origen animal (11.9%), cereales y legumbres (8.6%), y otros alimentos (10.1%).

En el caso de México, la base de datos únicamente presenta información hasta 2018, cuando muestra que el sorgo registró un porcentaje de pérdida de 5.10% durante toda la cadena de suministro; mientras que el frijol registró un porcentaje de pérdida de 4.35%.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un tercio de todos los alimentos producidos a escala mundial se pierden o se desperdician, muchas veces como resultado de las decisiones y acciones de los proveedores en la cadena alimentaria, excluyendo a los minoristas, proveedores de servicios de alimentos y consumidores.

Durante el almacenamiento, las pérdidas significativas son consecuencia de un almacenamiento inadecuado, así como por decisiones tomadas en etapas tempranas de la cadena de suministro que hacen que los productos tengan una vida útil más corta”.

Señala además que al momento del transporte, “las pérdidas pueden producirse por una mala infraestructura o una logística comercial ineficaz. La elaboración y el envasado también son determinantes en la conservación de los alimentos, y las pérdidas suelen deberse a instalaciones obsoletas, al mal funcionamiento técnico o a errores humanos”.

En los hogares, el desperdicio individual del consumidor se debe a menudo a una mala planificación de las compras y las comidas, un exceso de compra (influido por porciones y tamaños de envases demasiado grandes), confusión sobre las etiquetas (fechas de consumo preferente y de caducidad) y un almacenamiento inadecuado en el hogar”.


aa

 

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