Se vienen unos días difíciles porque “quieren aprobar en el Senado unas leyes para que el aborto se pueda realizar en todo el país y las muchachitas de 13 años puedan abortar sin el permiso de nadie”, afirmó el arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vásquez Villalobos.
Alertó que se va a discutir en esta semana esto y muchas otras cosas más para que los niños y los adolescentes decidan por su cuenta lo que quieren ser, no lo que quiere Dios que sean.
“Si Dios te hizo hombre, si Dios te hizo mujer, sé hombre, sé mujer. Pero ahora ponemos leyes: “¿no quieres ya ser hombre?, pues hazte mujer. ¿No quieres ser mujer?, pues hazte hombre. Eres libre”.
En la misa dominical celebrada en la Catedral Metropolitana, pidió que Dios nos ampare, Dios tenga misericordia de nosotros y que todo esto no vaya a traer más desgracias.
“Los abortos no traen gracia, no nos traerán bendiciones. El día de mañana nos vamos a sentar a llorar por lo que está pasando y vamos a decir: es demasiado tarde”.
El arzobispo confió que Dios nos ampare, ilumine a quien tiene que iluminar para que tomen conciencia de que esto no puede ser un bien sino un daño. A veces se cree que es un bien pero no puede ser un bien.
“Así lo creo yo, respeto lo que otros piensan, lo respeto pero este es mi pensamiento y lo comparto con ustedes”.
Ante la comunidad católica sostuvo que se ha perdido la fraternidad porque a veces nos sentimos más grandes, más fuertes, más poderosos que el otro y no nos queremos dejar.
Cuestionó si nuestros gobernantes trabajan para la fraternidad?, ¿para que vivamos solidarios? ¿En nuestro país se está viviendo la fraternidad en este momento de nuestra historia?
A veces aparentemente está todo tranquilo, calmadón, pero luego surgen esos brotes de violencia entre familias, entre pueblos, entre creyentes, marcados con el signo de cristianos, que tienen que vivir el Evangelio, apuntó.
Tengamos cuidado, respondamos como es debido y cumplamos con nuestras obligaciones y deberes. Quienes tenemos la responsabilidad debemos ser muy cuidadosos de cómo hacemos las cosas. “Me lo digo a mí mismo, y se lo digo a usted”.
Insistió que tenemos que corregirnos nosotros, “los sacerdotes, que consagramos nuestra vida a Dios en cuerpo y alma y que estamos al servicio de nuestros hermanos. Tenemos que dar frutos en este servicio, en este ministerio. Que nuestras autoridades también corrijan lo que tienen que corregir”.
