Aleja pandemia a educación de imposición
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Aleja pandemia a educación de imposición

Aunque advierte el investigador zapoteco, Jaime Martínez que la televisión va a tomar el poder de la mente de las personas


Aleja pandemia  a educación de imposición | El Imparcial de Oaxaca
En el nuevo modelo educativo, la evaluación no debe ser numérica, como tradicionalmente se realiza.

La educación, dice el pensador zapoteco Jaime Martínez Luna, es la primera actividad aglutinadora de las sociedades. Es una labor que no solo masifica sino individualiza e impone; y que ante un nuevo contexto marcado por la Covid-19 debe de replantearse. Lo mismo que el libro, el salón, el docente, el proceso de enseñanza-aprendizaje y la evaluación. Desde su natal Guelatao de Juárez, en la región Sierra Norte de Oaxaca, el impulsor de varias iniciativas como las radiodifusoras regionales habla de la educación, la que ha permanecido en las últimas décadas en las aulas y ahora recurre a la televisión, las plataformas digitales y la radio para llegar a los millones de estudiantes que ahora “aprenderán” desde casa. Y en donde “la televisión se va a enseñorear, va a tomar el poder no solamente de las acciones cotidianas sino de la mente de todas las gentes”.

 

¿Es la educación, específicamente la escolarizada, un término que se debe de repensar y replantear a raíz de la Covid-19?

Creo que el Covid nos vino a desnudar, en primera, la aglutinación de personas que deben ser instruidas, formadas, según los criterios del Estado para continuar con la imagen nacional. Ese aglutinamiento el Covid lo destroza de inmediato, de un solo tajo. Para evitar la pandemia se plantea como actitud natural la sana distancia, esto implica cuestionar todo tipo de evento que aglutine gente, a los ciudadanos, a los jóvenes, a los niños. Y esto implica replantearnos la vida cotidiana partiendo desde la misma educación, que es la primera aglutinadora, la primera que masifica su labor y que es una labor profesional que tiene propósitos muy bien diseñados por el estado para reproducir la imagen de lo que un ciudadano debe tener y hacer.

¿Es lo que denomina la educación mecánica e impositiva de al menos los últimos 70 años?

Exactamente. La aglutinación permite la mecanización; no hay naturalidad en el placer, no es la educación vinculada a la naturaleza, al trabajo, a la celebración, a la animación, al intercambio. Es mecánica e impositiva porque junta y amarra a “X” número de niños, jóvenes o adultos y les dice: esta es la verdad y deben saber y aprenderse esto. Obviamente, genera individualidad porque en la aglutinación está el individuo, no la comunidad. El individuo entra al salón por medio de una inscripción y sale calificado con número, pero gana el individuo, no el grupo, no la comunidad.

Ahora que se recurre a la televisión para el proceso educativo, ¿se remarcarán la mecanización y el individualismo?

Claro; aún pueden intervenir el papá o la mamá reforzando, desvalorando o enriqueciendo el mensaje mecánico que le llega al joven, pero no siempre van a estar en colectivo en casa. 

 

Para quien ha sido catedrático del Instituto de Ciencias de la Educación dela UABJO, esta modalidad muestra la diferencia entre la educación en medios urbanos y rurales, entre el estar sentado en un pupitre o caminar en la comunidad, en donde lo primero es más cualitativo y lo segundo, cuantitativo. 

“La SEP va a encontrar abono fértil en las ciudades, en donde se cuente con la televisión, donde se pueden juntar dos o tres para las clases del día. Pero en el campo no; aunque en el campo tiene doble resultado: es muy positivo y muy negativo. Lo negativo para los que van a depender de la calificación vía la televisión y es hermoso (positivo) para aquellos que van a tener que salir del salón para ver la comunidad, para estudiar y aprender la naturaleza junto con el maestro”.

¿En dónde quedan las lenguas originarias si se piensa en contenidos hechos en español y no en las otras 68 lenguas del país?

Son varias cosas que sucederían en este caso: los maestros van a tener que meterse radicalmente en la organización de su labor porque el 80 por ciento de los maestros que están frente al grupo no están en el lugar donde nacieron. Los que son hablantes de lenguas originarias no trabajan en su región originaria. La tendencia enajenante de la educación mecánica ha conducido a entender que la ciudad es el campo del bienestar, de lo mejor, de la comodidad, por lo tanto, aquel maestro que logra la plaza y es de una comunidad lo primero que piensa es irse a la ciudad. 

Para Jaime, esta situación implica un gran reto para la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, pues tendrá que re adscribir a sus docentes. “Y eso va a ser una faena peligrosísima, terrible, frustrante para muchísimos maestros, para el 80 por ciento que trabaja no en su comunidad, en cualquier otra”. Aunque en la tierra del Benito Juárez, el magisterio tendría un punto a favor gracias al Plan para la Transformación de la Educación del Estado de Oaxaca (PTEO), que se basó en las ideas de comunalidad de los intelectuales indígenas: Jaime Martínez Luna y Floriberto Díaz, y en el que se hacen patentes la diversidad cultural y geográfica del estado.

“El PTEO les exige salirse del salón, lo cual coincide con la necesidad de estar fuera por la sana distancia, y eso apoya el que las comunidades tengan en su manos el control sanitario”. Se trata, como explica, de una perspectiva diferente de enseñanza y aprendizaje, que asocia con la educación como un proceso vivo y se aleja de la imposición. 

¿Implica eso generar contenidos propios?

Crear libros en contexto porque un video de “X” lugar es un libro y máxime si se hace con la noción de aprovechar procesos para el aprendizaje. No digo que debamos depender de la televisión sino que hagamos nuestra propia televisión en todas las regiones de Oaxaca. Es un campo que se abre para todos los trabajadores audiovisuales, que tienen la sensibilidad para trabajar con y para la comunidad”.

Además, dice, de aprovechar los instrumentos de comunicación como el celular para “agrandar, a la par de nuestra capacidad tecnológica, nuestro conocimiento de la realidad natural. Creo que es el momento de darle un uso diferente al medio de comunicación que en este momento ya nos está manejando, como es el mismo celular”.

¿Cómo se tiene que replantear la evaluación en este proceso?

La evaluación o calificación han sido el talón de Aquiles. Creo que es momento también para que cada región se ponga en acción, acuerde cuál es la evaluación más adecuada porque en algunas escuelas van a llegar incluso hasta generar producción que pueda venderse (…) Evaluar con una numeración… sería muy frustrante continuar con ese modelo.

 

Pero estas propuestas, tanto de enseñanza-aprendizaje como de evaluación, Martínez Luna dice que las ve viables para las regiones rurales. “En la ciudad, desgraciadamente tengo que aceptarlo, no me gusta. Salvo el consumo de materiales audiovisuales, ligados al saber popular, comunitario, van a depender demasiado de la televisión. Hay que reconocerlo y buscar los mecanismos para evitarlo. ¿Pero quién lo tiene que hacer? Pues el maestro”. 

Especialista adelantó que clases a distancia obligará a los maestros a confrontarse con la realidad.

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