La pandemia apaga la música callejera en Oaxaca
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Oaxaca

La pandemia apaga la música callejera en Oaxaca

Este miércoles, solo algunos intérpretes llegaron para animar a los pocos transeúntes en el andador turístico


La pandemia apaga la música callejera en Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Las notas de un teclado han dejado de escucharse en la primera calle de Macedonio Alcalá, en el centro histórico de la ciudad de Oaxaca. En la mañana de este miércoles, también se ha percibido la ausencia de un intérprete con debilidad visual que suele cantar sobre la calle de García Vigil. La pandemia de Covid-19 ha apagado poco a poco la música callejera, y ésta comienza a ser sustituida por el perifoneo que, mediante patrullas y motocicletas, llama a permanecer en casa y evitar aglomeraciones.

En medio de la calma, y tras una espera, un músico con debilidad visual sale de una farmacia. Tras unos pasos, se sienta en una banqueta del andador turístico y comienza a afinar la vieja guitarra que le ha acompañado por años. Se trata del señor Alejandro, quien a sus 70 años de edad ha dedicado poco más de 50 a la música, con recitales a bordo de un camión o en las calles. 

Con la pérdida de la vista y las dolencias causa de la fractura de una extremidad, ha optado por apoyar la espalda en la pared y solo ayudarse del oído para reconocer cuando alguien deja una moneda en su lata. Ahora, “por el coronavirus, no hay gente”, cuenta el hombre que de su morral sacará más tarde un pan dulce para comer.

Él señala, sin embargo, que habitualmente es poco lo que se obtiene cantando en las calles, pero que a él le basta con tener algo para comer y así retirarse a su domicilio en Santa Lucía del Camino. “Desde el 2006 bajó todo, ya no hay nada. Ahorita, ni gente anda”, expresa el adulto que aunque tiene hijos, señala que éstos tienen sus propias familias y el par que le acompaña sufre adicciones. 

Ante la pandemia por Covid-19 y la disminución de personas en el centro de la ciudad, el hombre que ha tocado piezas como Naela y otra del repertorio tradicional cuenta que dejará de venir a diario.

En la última semana, la afluencia de paseantes o de habitantes ha bajado en esta parte de la ciudad. Y eso lo perciben tanto Alejandro como el dueto que conforman Alfonso y Flor, quienes a unas cuadras, en inmediaciones del exconvento de Santo Domingo, han llegado para tocar apoyados de un acordeón. Ellos también padecen de debilidad visual y en el último año se han dedicado a la música en esta parte de la ciudad.

Coinciden con don Alejandro sobre las pocas donaciones, aunque piensan que ello se debe a la gran cantidad de intérpretes que suelen estar en el centro histórico, ya sea en las vialidades y los mercados. “Solo sale para comer”, explica Alfonso.

Pero como ahonda Flor, la gente ha disminuido por estos rumbos en la última semana y con ello sus ingresos, debido a la “enfermedad que viene pegando”. Por eso han preferido venir a tocar solo un rato. Por la tarde, adelantan que se dedicarán a vender chicles o dulces por el Mercado de Abasto.

 


aa

 

Relacionadas: