Pobreza y escasez, el infierno por salvar la vida en el hospital del ISSSTE en Oaxaca
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Especiales

Pobreza y escasez, el infierno por salvar la vida en el hospital del ISSSTE en Oaxaca

Los pequeños pacientes sufren en carne propia la falta de medicamentos para su atención en el Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE en Oaxaca; si la enfermedad no los mata, la corrupción lo hará


  • Pobreza y escasez, el infierno por salvar la vida en el hospital del ISSSTE en Oaxaca
  • Pobreza y escasez, el infierno por salvar la vida en el hospital del ISSSTE en Oaxaca

Con 140 pesos en la bolsa, Victoria sale del Hospital Regional Presidente Juárez del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) donde su hija lucha, con las fuerzas que le quedan, con los deseos de vivir intactos.

Los 140 pesos solo le servirán para pagar un taxi, pues debido al cáncer de Kenia, su pequeña de 15 años, le fue amputada una pierna por lo que es imposible caminar, después de eso no tendrán ni para comer.

“Mi nombre es Victoria Cabrera López, vengo del Istmo de Tehuantepec, de un pueblo llamado Unión Hidalgo”, susurra. Los vestigios de la batalla son evidentes en sus ojos, en su rostro, apenas hace un año todo marchaba mejor que nunca.

“En el mes de septiembre del 2018 diagnosticaron a mi hija con cáncer de osteosarcoma no metastásica, entonces en diciembre nos venimos a Oaxaca para ver al traumatólogo de pediatría”, Kenia tenía el tumor debajo de la rodilla, le amputaron la pierna.

“Mi hija se operó el 23 de mayo: le quitaron la pierna. Se fue ese bendito cáncer, ahorita ya recibió cinco quimioterapias y ya pasaron dos meses sin recibirlas”.

 

El infierno para Kenia y para Victoria no está ni cerca de terminar, pues no hay medicamentos en el hospital.

“Tuve que pedir prestado dinero, pedí 80 mil pesos en COPPEL, con la comadre, con la tía, tuve que dejar los documentos de mi casa, de un terrenito para poder sacar adelante a mi hija, hasta el día de hoy ya no tengo nada”, afirma la madre de Kenia, quien es secretaria jubilada.

Victoria no entiende por qué faltan medicamentos en el ISSSTE, sin ellos el cáncer de Kenia puede regresar, no hay quien las apoye y la desesperación crece, “venimos de lejos, yo estoy aquí mañana, tarde y noche, no hay quien me apoye”.

 

ISSSTE no puede,  Graciela sí

“Pareciera que en Oaxaca no existieran niños”, grita Graciela Cruz Ramos, madre de Marvin Abimael, de 10 años a quien diagnosticaron cáncer en los ganglios linfáticos. La mujer se queja por la falta de médicos oncólogos pediatras en el estado, a eso se suma la falta de medicamentos.

“Le mandaron hacer una operación de manera urgente y esta operación me salió alrededor de 70 mil pesos, me dijeron que en el ISSSTE no se puede dar porque no hay el recurso y tuve que pedir un préstamo en el banco”, lamenta la maestra de educación bilingüe.

De eso ya han pasado dos años, viviendo casi siempre en el hospital. Graciela fue testigo de cómo de a poco los medicamentos para los niños con cáncer los fueron racionando y ahora ni eso, que para ella significan desembolsos por más de 13 mil pesos a la semana.

“Pero no nada más somos nosotros, en el Hospital de la Niñez, los niños están sufriendo más, ya que ellos no tienen seguro”, dice Graciela mientras Marvin juega distraído, “nuestro bolsillo se desgasta en pasajes, en taxis, en alimentos, en hospedaje, en renta, hay padres que viajan desde la Costa cada semana o a Tuxtepec”.

A Marvin le diagnosticaron cáncer cuando tenía ocho años y lleva tres cirugías. Según su madre ha sido uno de los niños con más recaídas en el hospital. Graciela también denuncia la falta de anestesiólogos pues los niños tienen que esperar hasta que el de adultos se desocupe para ser atendidos.

“Mi niño y yo vendemos dulces, pulseras para salir adelante, porque no podemos dejarnos vencer por esta enfermedad”, afirma Graciela con valentía que acopia en el vacío, aunque los ojos la delatan con una lágrima que escapa: “Rentó aquí en la ciudad, vengo de la Sierra Juárez, de Capulálpam de Méndez”.

 

Mal diagnóstico, el día que la vida cambió

A Óscar Natahel Benito Ruiz, quien va a cumplir seis años, le diagnosticaron, de manera tardía, leucemia linfoblástica aguda, “cuando él tenía tres años de edad, era un niño normal, iba a la escuela como cualquier otro, hasta que me embaracé y comenzó a cambiar, a dormir mucho, dejó de comer, se enfermaba seguido de la garganta”, narra su madre, Flor Janet Ruiz.

Un mal salto hizo que uno de sus pies se paralizara, por lo que sus padres lo llevaron a diferentes médicos, quienes decían que todo era un chantaje por el bebé que venía en camino.

“Un doctor particular nos dijo que mi hijo ya iba muy grave, pues padecía anemia muy avanzada y que debía internarse de emergencia para una transfusión de sangre. Ese mismo día hicimos la cita con la hematóloga y nos dijo que en el estado en el que mi hijo iba, un adulto ya no se paraba”, recuerda Flor.

Los médicos de los Servicios de Salud de Oaxaca no establecer que Óscar tenía cáncer, lo que complicó su enfermedad, recuerda su madre, quien tuvo que soportar con aplomó la situación pues tenía cuatro meses de embarazo. Ahora se atiende en el ISSSTE pues su padre es maestro de educación física.

“A los 15 días de ser diagnosticado mi hijo comenzó con su primer quimioterapia y así ha sido hasta el momento”, dice la madre de Óscar, “hemos pasado muchos días difíciles pues el dinero no nos alcanza, tenemos que comprar pañales para el otro bebé”.

Resalta que en la falta de medicamentos, las autoridades del hospital del ISSSTE se escudan en que son cuestiones federales, pero a ellos, a los papás no les importa, ellos ven la forma de conseguirlos, no importa el costo, tampoco importa endeudarse.

 

Leucemia, el asesino recurrente

El titular de los Servicios de Salud de Oaxaca declaró en octubre del 2018 que en el estado detectan anualmente entre 80 y 90 casos de cáncer infantil, quienes hasta este momento carecen de medicamentos en el hospital en el que se atiendan, así lo aseguran los padres de los niños con cáncer que se atienden en el Hospital Regional Presidente Juárez del ISSSTE.

“En el Hospital de la Niñez están peor que nosotros”, dice una madre en el ISSSTE, “llegan personas que ni siquiera saben hablar español”. De acuerdo a Casas Escamilla, el tipo de cáncer más común es la leucemia aguda, con el 56 por ciento de los casos.

El titular de los Servicios de Salud dijo entonces que a nivel nacional, cada año diagnostican más de 5 mil casos de niños con cáncer, siendo la principal causa de muerte de los mexicanos de 5 a 14 años de edad.

 

El miedo más grande de Denisse

Denisse tenía miedo. A sus 11 años, la niña sabía que algo no iba bien en su cuerpo, las manchas rojas en su piel alertaron a su madre, quien la llevó al hospital y el más grande de sus temores se hizo realidad: tenía cáncer. Ahora, el infierno se hace más grande por la falta de medicamentos en el ISSSTE.

“A mi hija le detectaron leucemia linfoblástica aguda hace un año, lo malo es que ahorita no hay medicamento en el hospital y lo estamos comprando. Soy ama de casa, mi esposo es maestro de primaria y aparte de ella tengo dos hijas más chicas, no nos alcanza”, dice Maximina Pérez Gaspar, mamá de Dulce Denis Gaspar Pérez.

La desesperación y la angustia se apoderaron de ambas. Maximinaexplica que son de la comunidad de San José Cerro Gordo, del municipio de San Pedro Pochutla, por lo que cada semana tienen que viajar de ida y vuelta hacia la capital del estado, por lo que gastan 800 pesos por las dos.

“Gracias a Dios mi hija ya está recuperándose, pero la doctora nos dice que si no se le aplican sus medicamentos el día que le toca va a recaer, entonces esa es mi desesperación, estamos muy tristes, porque cuando inició el tratamiento había medicamentos, no nos ponían peros y ahorita no lo hay y hay que comp rarlo”.

El gasto para combatir la enfermedad de su hija ha sido incalculable para ellos, es por eso que poco o nada les queda. “Pedimos apoyos, porque la verdad somos muchos”, suplica Maximina.

 


aa

 

Relacionadas: