La noche del 3 de mayo de 2021, hoy hace 4 años, la negligencia oficial, la impunidad y el dolor se hicieron presentes cuando un tramo elevado de la Línea 12 del Metro cayó estrepitosamente al paso de los vagones del metro.
El desplome fue entre las estaciones Olivos y Tezonco, en la alcaldía Tláhuac, mientras pasaba un tren, dejando un saldo de 26 personas muertas y más de 80 heridas. Eran las 22:20 horas de ese lunes tres de mayo, Día de la Santa Cruz.
El 16 de junio de 2021, el gobierno capitalino dio a conocer el primer peritaje independiente sobre el accidente. El informe concluyó que el colapso fue causado por deficiencias en el proceso constructivo, particularmente en la instalación de los pernos Nelson —elementos clave en la estructura—, así como otros problemas relacionados con soldaduras y supervisión deficiente.
Dos semanas después, el 28 de junio de 2021, Florencia Serranía dejó el cargo como directora del Sistema de Transporte Colectivo Metro. El 30 de junio, Grupo Carso, una de las empresas constructoras, anunció que asumiría el costo de la rehabilitación de la línea.
La Línea 12, conocida como la “línea dorada”, fue inaugurada en octubre de 2012 y desde el inicio estuvo envuelta en irregularidades. Construida por el consorcio formado por Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Alstom Mexicana y Carso Infraestructura y Construcción, esta obra pública presentó fallas desde sus primeros meses de operación.
En 2014, la consultora francesa SYSTRA detectó fallas en su planeación, diseño y construcción tras su primer cierre parcial. En 2015, la línea fue suspendida durante 11 meses para corregir defectos en su trazo. La columna que colapsó en 2021 había sido reforzada en 2018, esto tras el sismo de 2017, a petición de vecinos que denunciaban grietas.
El 30 de enero de 2024 se reabrió en su totalidad la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, luego de casi tres años del accidente, mientras era alcaldesa Claudia Sheinbaum.