REDACCIÓN EL IMPARCIAL
“Estaba golpeada. La asfixiaron. Nosotros la vimos, no tuvimos miedo de verla. La Fiscalía dice que fue un hematoma en la cabeza. Miente”, señalaron Mario Escobar y Dolores Bazaldúa hace tres años, el día del funeral de Debanhi Escobar Bazaldúa, al rememorar uno de los feminicidios más violentos y mediáticos que se tenga memoria y, como la mayor parte de crímenes en este país, permanece impune.
Debanhi desapareció en la madrugada del 9 de abril y la encontraron 13 días después en una cisterna abandonada dentro de un motel, a escasos metros de donde se la vio por última vez, en la zona metropolitana de Monterrey, en Nuevo León. Su caso conmocionó a un país acostumbrado a sus 11 mujeres asesinadas al día, dice un medio español.
El lunes 21 de abril se cumplieron tres años del suceso que se volvió sumamente mediático, y que hasta la fecha no se ha resuelto.
En memora de la joven, a 3 años de su muerte, los familiares de Debanhi Escobar Bazaldúa ofrecieron una misa en su memoria, en el municipio de San Nicolás de los Garza, en Nuevo León.
El señor Mario, indicó que no le han mostrado avances de la investigaciones por presuntos actos de corrupción al interior de las instituciones.
“Muchas autoridades corruptas hicieron mal su trabajo, hay que recordar nombres como Rodolfo Salinas, como Gustavo Adolfo Guerrero, Griselda Núñez y como muchos personajes que estuvieron en esta investigación.
“Por eso nos fuimos a la FGR, porque no teníamos garantía con esas personas corruptas, que sigo diciendo hay mucha gente buena, pero con las que nos topamos no sirven para nada”, dijo el señor Mario.
Hace tres años, con un pie en el borde del hueco donde colocaron a su hija, con el pantalón negro lleno del polvo que se levanta a esta altura de los cerros y frente a un pueblo que llora, Mario Escobar repitió lo que vieron al encontrar a Debanhi Susana Escobar Bazaldúa: despertado una oleada de rabia contra el Gobierno estatal.
Escobar era hija única de una pareja de maestros, casados hace 28 años. Vivía en Apodaca, en Monterrey, y cumplía años en septiembre. Estudiaba Derecho en la Universidad Autónoma de Nuevo León porque quería ser abogada. Optimista, alegre y carismática, dicen que le gustaba mucho la música, cantar, bailar y salir de fiesta con sus amigas: tenía 18 años.
EL RECUENTO
La última autopsia señala que falleció entre tres y cinco días antes de que la encontraran, cuando el Estado se había movilizado para buscarla
Tras 68 días de su entierro y una cadena de errores de la Fiscalía que obligó al Gobierno federal a intervenir en la investigación, el cuerpo de la joven de 18 años fue exhumado para una nueva necropsia.
El cadáver de la joven de 18 años fue sometido a nuevos peritajes forenses para establecer la causa definitiva de su muerte. Una autopsia confirmó que la joven fue asesinada y sufrió violencia sexual.
Luego de aparición de unos videos en el motel donde fue hallada en una cisterna, se observa que un hombre asciende a un automóvil; también a la joven corriendo. “Un fuerte golpe en la cabeza, la causa de la muerte”, indicó la Fiscalía local.
Tras la misa de aniversario, los padres indicaron que buscarán reunirse con Sheinbaum y, están dispuestos a llevar el caso ante organismos internacionales, en caso de que en México no se haga justicia.