La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha decidido renovar la manera de evaluar a los estudiantes de nivel básico. Según el acuerdo 10/09/23 publicado en el Diario Oficial de la Federación, se replantean las reglas para evaluar el aprendizaje, promoción y certificación de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria.
Este cambio tiene un propósito claro: adoptar enfoques de evaluación que atiendan integralmente a las necesidades educativas de estudiantes provenientes de grupos que han sido históricamente discriminados. El nuevo modelo busca valorar más allá de simples números, considerando aspectos de derechos humanos y perspectiva de género.
Dentro del nuevo modelo de evaluación de la SEP, a partir del ciclo escolar 2023-2024, se fomentarán campos formativos en vez de materias específicas. Los estudiantes aprenderán a través de agrupaciones temáticas como “Lenguajes”, “Saberes y pensamiento científico”, “Ética, naturaleza y sociedades”, y “De lo humano y lo comunitario”.
A través del @DOF_SEGOB publicamos el acuerdo para la evaluación de aprendizaje, promoción, regularización y certificación de #EducaciónBásica, el cual es de cobertura nacional y está vigente para escuelas públicas y particulares.
? Conoce más:… pic.twitter.com/knRAqxryfk
— SEP México (@SEP_mx) September 27, 2023
Un punto clave de esta reforma es que, en el primer grado de primaria, los alumnos no recibirán calificaciones numéricas. En vez de ello, la SEP ha decidido agrupar a los estudiantes de educación básica en seis fases distintas. En las primeras fases, específicamente para niños de preescolar y primer grado de primaria, la evaluación se traducirá en observaciones y sugerencias por área de aprendizaje, evitando usar valores numéricos.
La SEP aclara que en preescolar, simplemente al cursar el grado, se acreditará al estudiante. Sin embargo, para la Fase 3 (primaria), aunque el primer año mantendrá el criterio de aprobación por asistencia, los años subsiguientes requerirán de calificaciones numéricas, siendo el mínimo aprobatorio un 6.
Esta audaz medida por parte de la SEP representa un cambio significativo en la educación básica, y queda por verse cómo se adaptarán las escuelas, docentes y estudiantes a esta nueva metodología de evaluación.