Miahuatlán de Porfirio Díaz celebró con gran algarabía “Las Fiestas Octubrinas”, mismas que se llevaron a cabo del 30 de septiembre al 4 de octubre, con motivo de la conmemoración de la derrota del ejército francés por el general Porfirio Díaz Mori, durante la batalla gestada el 3 de octubre de 1866.
Ayer por la tarde finalizó el festejo con la tradicional Cabalgata encabezada por el presidente municipal, Genaro Esaú Hernández Jiménez y la reina de las Fiestas de Octubre 2017, Carolina Sanchéz, mismos que recorrieron las calles de la población hasta el punto en donde tuvo lugar la histórica batalla hace 151 años.
Sin embargo, los festejos comienzan desde el 30 de septiembre en esta comunidad, con los que recuerdan y honran la batalla del 03 de octubre, la cual libró con éxito el general Díaz.
Al respecto, el alcalde destacó el espíritu de unidad que se vive en la población ya que cerraron filas ante los desastres naturales que han impactado severamente a la Sierra Sur.
El edil destacó que los ciudadanos se han dado un espacio para celebrar y ser partícipes de las fiestas de octubre que se viven “en paz y con el corazón”.
El munícipe invitó al turismo nacional y extranjero a visitar este destino, para ser parte de las actividades culturales y deportivas que año con año programan con motivo de la conmemoración de la batalla.
El alcalde enfatizó que este festejo que dura casi una semana es la celebración más grande que se realiza en esta demarcación.
Las fiestas
La celebración comenzó a las 09:00 horas del día 30 de septiembre, donde se llevaron a cabo torneos deportivos, jaripeos, cabalgatas, bailes populares, una feria artesanal y gastronómica, además de la representación de la batalla del 3 de octubre.
En esta ocasión se contó con la presencia de descendientes del general Porfirio Díaz, quienes presentaron libros, realizaron conferencias y mesas redondas acerca la vida del oaxaqueño ilustre que nació en esta comunidad.
Cabe destacar que es por la relevancia de este personaje que se le denomina Miahuatlán de Porfirio Díaz a esta población.
Durante los festejos también se rindió homenaje al coronel Feliciano García, héroe de la mencionada batalla.
Las fiestas de octubre finalizan con la cabalgata celebrada en calles de la población, acto que cautiva a propios y extraños, este desfile es amenizado con música de viento, mezcal Tobalá y se ofrece de comer la tradicional barbacoa.
Tradiciones
Miahuatlán de Porfirio Díaz es un lugar reconocido por sus hechos históricos, su gastronomía local y el mezcal. Destacan también la elaboración de figuras talladas en espina de pochote y hueso de res.
Quienes visitan esta demarcación no deben dejar de visitar el templo de San Andrés Apóstol, el cual perteneció a la orden de los dominicos y fue refugio de españoles durante la época del Porfiriato.
Una de las tradiciones más arraigadas que tiene la comunidad el lunes de plaza, en donde personas de todas las comunidades vecinas llegan a este distrito a ofrecer sus diferentes productos.
La historia
La Batalla de Miahuatlán tuvo lugar el 3 de octubre de 1866 en las inmediaciones de la población del actual municipio de Miahuatlán de Porfirio Díaz, entre elementos del ejército mexicano de la república, al mando del general Porfirio Díaz y tropas francesas al servicio del Segundo Imperio Mexicano.
El 3 de octubre de 1866, en Miahuatlán, hubo un importante y determinante enfrentamiento entre el recién reorganizado ejército de Oriente (al mando del general Díaz), con refuerzos de pobladores (Los Cuerudos) oriundos del lugar (comandados por el capitán Apolinar García) y el ejército francés. Los republicanos contaban con apenas con mil hombres los cuales sólo 200 eran militares y 800 cuerudos mal armados y mal entrenados, mientras las fuerzas de los invasores sumaban más de 2 mil efectivos entrenados y muy bien armados.
La topografía del lugar de la batalla, en las proximidades del pueblo de Miahuatlán de Porfirio Díaz, y el conocimiento del terreno le dieron a Porfirio Díaz el triunfo, que después él mismo consideraría en sus memorias como la acción más estratégica y brillante que libró durante la Segunda Intervención Francesa en México
