Primer reloj público de la Mixteca está desaparecido
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Primer reloj público de la Mixteca está desaparecido

El reloj de Tlaxiaco era mucho más grande que el de la Catedral Metropolitana de la ciudad de Oaxaca.


Primer reloj público de la Mixteca está desaparecido | El Imparcial de Oaxaca

La falta de conocimiento y el latrocinio son las principales causas de la pérdida de obras históricas. Ejemplo de ello, es el primer reloj público que hubo en la Mixteca, en la ciudad de Tlaxiaco. Este fue construído en el siglo XVIII, en la Iglesia de Santa María de la Asunción Tlaxiaco.

Esta obra era más grande que el de la catedral metropolitana, en la ciudad de Oaxaca, ya que el de la Mixteca medía cinco metros de alto; sin embargo, el artefacto se ha perdido. Entre la gente se rumora que alguien lo vendió como fierro viejo o lo tienen de colección en algún domicilio.

El historiador y escritor tlaxiaqueño, Eufemio Ibáñez Reyes, autor del libro Tlaxiaco en los tiempos de Don Porfirio realizó un estudio comparativo del primer reloj público de la Mixteca y el reloj de la Catedral Metropolitana, en la ciudad de Oaxaca. Ambos datan del siglo XVIII; tenían carátulas con número romanos, dualidad que se comparte dado que se encuentran en iglesias que corresponden a la orden de los Dominicos, erigidas en advocación a Santa María de la Asunción.

Las diferencias entre ambos eran que la maquinaria del reloj de catedral fue un regalo del rey de España; el de Tlaxiaco, su maquinaria fue construida por artesanos mixtecos. Además de que el primero de los mencionados mira para el Sur, y el de Tlaxiaco —que ahora no existe— miraba hacia el Norte.

“FUE DEMOLIDO”

Ibáñez Reyes señaló que el primer reloj público de la Mixteca fue demolido en la segunda mitad del siglo XX con el argumento de que era necesario retirarlo debido a que no correspondía con la estructura de la iglesia —que data del siglo XVI— además, su tamaño y peso provocaron el desprendimiento de la base donde se asentaba, lo que podría provocar el colapso de la estructura.

El historiador recalcó que una vez demolido el reloj, su maquinaria fue guardada en la biblioteca municipal de Tlaxiaco; sin embargo, un día desapareció y hasta la fecha se desconoce su paradero. Por último, hace un llamado a todos los habitantes a que rescaten lo poco que se conserva de la grandeza de Tlaxiaco.