A sus 87 años don Francisco, vive de la peluquería
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A sus 87 años don Francisco, vive de la peluquería

Don Francisco ha hecho de este noble oficio su patrimonio, diversión y forma de sobrevivencia por 68 años


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La peluquería ha sido un oficio que lo ha acobijado como persona de mayor edad, da a conocer don Francisco Guzmán, quien a los 87 años de edad sigue cortando el cabello; oficio que le ha dado su patrimonio, diversión y forma de sobrevivencia por 68 años.

“Los jóvenes llegan, preguntan y al verme se van, ignoran que en muchas ocasiones son los años de experiencia los que valen, a lo mejor me ponen en tela de juicio, pero eso no es lamentación porque ya tengo clientes, ellos jamás me han abandonado y acuden a mí para que les corte el cabello”, asegura don Paco.

AVANCE EN LOS CORTES

Desde luego que los cortes han ido cambiando, asegura don Paco, hoy todos quieren un corte o peinado tipo mango chupado o con los pelos parados… en fin, es a gusto de una sociedad cambiante, pero los que conservan un corte, por decir normal, acuden con su servidor.

Y continúa “este oficio ha sido muy noble, cuando llueve se puede realizar con cuidado porque dicen que pueden caer los rayos al hacer contacto con pelo mojado, pero eso no ha pasado, cuando hace frío o calor la labor se puede realizar sin ningún contratiempo”.

“El día que deje de cortar el cabello, ese día tal vez moriré, por el momento este es un oficio que nunca dejaré de hacer mientras tenga vida”. Cortando el cabello conoce muchas historia que sus clientes le cuentan y él también les platica de cómo era la vida en Tlaxiaco y las novedades que tiene la actualidad.

TODA UNA VIDA

Don Francisco Guzmán, peluquero de 87 años de edad, da a conocer que Tlaxiaco de hoy es totalmente diferente, desde la organización social, economía, seguridad y tranquilidad que albergaban sus calles, “debemos cuidarnos porque hay muchos asaltantes y gente violenta que viven con las drogas”.

La mayor parte de su vida la utilizó desempeñando el oficio de peluquero y aún a sus 87 años sigue laborando con gran entusiasmo y paciencia a cada cliente que le pide un corte. Muchos, desde luego que son impacientes, ante esta situación tiene que esperar porque hay a quienes nada les gusta.

Su jornada y de todos los negociantes iniciaba a las seis de la mañana y a las nueve de la noche pasaba un policía pitando con un silbato, para que todos cerraran sus locales al mismo tiempo.

ESMERO Y PACIENCIA

Ser peluquero en los 80 y 90 para él requería esmero y paciencia, pues la herramienta de rasurar era mecánica y para afeitar utilizaba navaja, hoy estos elementos pasaron a la historia.

Don Francisco lleva ya 68 años en el oficio, pero aún conserva paciencia, disfruta su trabajo. Recuerda que en 1981 a 1990 fue época de muchos clientes; llegó a atender 25 personas al día, llegaban papás con sus hijos y mientras esperaban leían el periódico o las revistas que ponía para los clientes.

Para él cada cliente requiere de un trato especial, platica que los jóvenes de ahora ya piden cortes modernos y esos los consiguen en peluquerías que tienen máquinas eléctricas. Los cortes de don Francisco son clásicos porque utiliza herramientas mecánicas; como el asentador y navaja de afeitar.

PELUQUEROS DE ANTAÑO

Los peluqueros de su época son los señores Gonzalo Bautista, Eduardo Flores, Manuel Riveros, Hugo del Río y Carmelo, el más joven de los que recuerda, en cuanto a la ciudad de Tlaxiaco. También recuerda la alegría de su gente, sobre todo en las fiestas de agosto y octubre, durante estos dos meses tenía muchos clientes, mientras corta el cabello, en estos meses escuchaba los repiques de campana todos los días, se escuchaban las cámaras artesanales a las que sustituyeron después los cohetes, la música de instrumentos de viento y los carros alegóricos.

“Cómo olvidar las calles empedradas de Tlaxiaco; la gente educada y humilde, hoy en día hasta los repiques de campana han cambiado, recuerda que las torres de campanas tenían esquilas y las conformaban ocho arcos, lo que no ha cambiado es el toque de difunto o de ánimas; la cual destinó el sacerdote Gerónimo, por eso se identifica rápidamente.

Recuerda que en el reloj había una fuente, pero después la quitaron, era de cantera blanca, sacada de esta tierra con una redonda moldura y escalones, donde la gente se sentaba y tomaba agua ahí, pero cuando fue el presidente don Lucas Martínez, este la quitó, era muy bonita, labrada por albañiles de Tlaxiaco y al reloj le pusieron ahora unos escalones.

El 20 de octubre de 1925 en el Barrio de San Pedro pusieron la primera piedra para la construcción de la iglesia, yo tengo un calendario para recordar la fecha porque yo todavía no |nacía porque soy de 1932. En aquel entonces andaban los cristeros, cuando Elías Calles fue presidente y tenían problemas con las iglesias.