Perdóname madre mía, reza el tatuaje en el pecho del joven capturado por vecinos ayer en la Avenida Universidad, quien tras ser acusado de robo y castigado por sus captores, se salvó de ser linchado ante la oportuna intervención de las corporaciones policiacas.
Ayer alrededor de las 18:00 horas, fue reportado el robo violento a una pareja de estudiantes en la Avenida Universidad y entrada al fraccionamiento Real Candiani.
Tras el reporte, corporaciones se movilizaron al lugar, pero al llegar sólo hallaron tirado, semidesnudo y con lesiones en el rostro, a Alejandro, quien dijo tener 18 años de edad y ser originario de San Pedro Ixtlahuaca.
Las primeras investigaciones arrojaron que momentos antes, a bordo de una motocicleta Italika 200, de color amarillo con blanco, todo terreno, dos hombres habían escapado tras robar las pertenencias de una pareja de estudiantes. Se hablaba de dinero en efectivo y teléfonos celulares.
Sin embargo, al darse a la fuga fueron encarados por las víctimas, quienes forcejearon con ellos hasta derribarlo con todo y moto, mientras que el acompañante escapó.
El conductor de la motocicleta quedó lesionado tras caer, pero casi enseguida, llegaron compañeros y amigos de las víctimas, así como vecinos de la zona, quienes arremetieron contra él.
En tanto, el acompañante, de quien sólo informó lo apodan El Pelos, escapó con el botín obtenido.
Policías municipales se dieron cita en el lugar, en donde también arribó personal de la Agencia Estatal de Investigaciones para iniciar las diligencias.
Entre los expedientes delictivos, trascendió que el detenido ya tenía algunas cuentas con la justicia.
Personal paramédico de la Brigada de Rescate y Salvamento Halcones llegó al lugar para atender a las víctimas, primero a la pareja asaltada, a petición de la multitud enardecida, después al hombre acusado de robo, que se dolía en el piso y a un lado de la motocicleta que conducía momentos antes.
Los turba estaba enardecida. Advertían que su presencia en el lugar era con el solo objetivo de hacer justicia por propia mano y lincharlo.
Sin embargo se quedaron con las ganas, pues los policías resguardaron la zona y el comandante Peralta de la Agencia Estatal de Investigaciones dialogó con los inconformes, para calmar los ánimos.
“No me lo toquen, la justicia se hará cargo de él”, pidió a los presentes, mientras esperaba la llegada de sus compañeros.
En el lugar, el agente estatal se veía nervioso y preocupado, pues pareciera que en cualquier momento la situación podría salirse de control.
El joven lesionado, a quien casi dejaron sin ropa y en calzoncillos, estuvo a merced del grupo. Lo acusaron de robo y pedían castigo severo.
La motocicleta que conducía fue asegurada por personal de la misma corporación para quedar afecta a la carpeta de investigación.
En tanto, los policías buscaban a un segundo involucrado en el robo violento, quien al escapar se cubrió el rostro con un casco.
