A un día del cierre definitivo del tiradero de Zaachila y sin la posibilidad de ampliar el plazo, el municipio de Oaxaca de Juárez pretende recurrir a un plan emergente (que contempla al cuartel inconcluso) para el manejo de los residuos a partir del 9 de octubre. Esto en tanto se consigue el terreno para el destino final de los desechos que no se puedan aprovechar de ninguna manera.
El municipio aún no concreta la compra del terreno en el que operará el relleno sanitario y del que se reserva su ubicación. Aunque aseguró que se ha avanzado en la separación de los residuos en algunas áreas de la ciudad y confía que con las nuevas unidades recolectoras de orgánicos se avance.
Con el o los municipios donde se pretende tener el relleno sanitario, el presidente municipal, Francisco Martínez Neri, señaló que hay “disposición de aceptar”. Pero que hasta que esto no se concrete no se podrá saber con certeza la inversión necesaria para su adecuación y operación.
Sin embargo, adelantó que hacer frente al problema del manejo de residuos puede requerir de al menos 200 millones de pesos de inversión. Aunque ya se compraron siete camionetas y una compactadora pequeña con recursos municipales propios, no se descarta pedir un préstamo ante Banobras y que el gobierno estatal aporte una parte para sufragar las demás necesidades.
El problema del manejo de la basura y su disposición son un “asunto de estado” cuya solución se gestiona de la mano del gobierno estatal y el electo, dijo el edil durante la sesión ordinaria de cabildo, luego de que la regidora de Derechos Humanos y Asuntos Indígenas cuestionara al ayuntamiento de no informar del asunto a la sociedad y de omitir un acuerdo de cabildo para el manejo de los residuos.
Es un asunto de estado y requerimos la contribución, y así está entendiéndose, por su puesto, del gobierno estatal. Y el gobierno estatal está trabajando con nosotros”, respondió Martínez Neri.
Sin embargo, reconoció que a un par de días del cierre definitivo del tiradero en Zaachila aún persiste la negativa de los municipios conurbados para aceptar un depósito de residuos finales. “Aunque esos residuos sólidos son ya menores a los que ordinariamente se depositan en Zaachila, por la separación que hemos manejado”.
El miércoles, durante el banderazo de salida de las siete camionetas con que se pretende iniciar la recolección de residuos orgánicos para composta, el edil reiteró que se necesita un sitio para la disposición final de los residuos inorgánicos no aprovechables. “Necesitamos un lugar para destino final y estamos en esa búsqueda con la participación del gobierno del estado”.
Los permisos para el nuevo relleno, el concejal solo refirió que se ha dialogado al respecto con el gobierno estatal.
En el municipio, se estima que el 42 por ciento de los residuos que se producen son de tipo orgánico y el resto son inorgánicos. De estos últimos una parte se puede aprovechar en reciclaje y otro en compactación, por lo que queda una mínima para destino final.
Si hay algún problema después del 8 de octubre, “tenemos espacios en donde depositar” los residuos, aseguró el edil. “Usar el cuartel inconcluso a orillas del río Salado es una de esas posibilidades ante una “necesidad” de la que dijo se deben emplear todos “los recursos a la mano”.
Por haber usado el cuartel durante la crisis de julio, el municipio arrastra un proceso sancionador de parte de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Oaxaca.
Procesos sancionadores, denuncia y clausura
En medio de la búsqueda del espacio para el destino final de residuos no aprovechables, el municipio capitalino aún enfrenta los problemas por el tiradero a cielo abierto en el playón del río Atoyac. También aguarda los pendientes con el actual relleno en Zaachila para su saneamiento.
Sobre el tiradero que en el playón crearon recolectores particulares adheridos a CATEM, respondió que hay avances para el retiro de tales desechos y que el área no vuelva a ser contaminada. La Propaeo también inició un proceso sancionador al municipio por este tiradero, en tanto la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente lo denunció ante la Fiscalía General de la República.
Martínez Neri ahondó que solo cuando el municipio solucione el manejo de sus residuos podría signar un convenio con estos recolectores. En el tiradero de Zaachila, que se ha usado por 40 años, indicó que el gobierno estatal y el municipio trabajarán para el saneamiento.
