Empleados municipales de limpia y recolección radicalizaron su protesta por la exigencia de espacios emergentes para depositar la basura, ante la crisis que persiste en la ciudad de Oaxaca.
En su segundo día de protestas, y luego de instalar los camiones recolectores en diversos puntos del centro histórico, entre ellos El Llano, los manifestantes vaciaron uno de los vehículos junto al escenario en el que se esperaba el evento proselitista de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Antes, en medio de una primera confrontación con militantes, habían arrojado bolsas de basura entre las sillas y el escenario. Sin embargo, los simpatizantes y organizadores decidieron permanecer en el sitio y comenzaron a limpiar el área.
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Los sindicalizados, quienes exigen un espacio para llevar la basura debido a la falta de un relleno sanitario, decidieron arrojar los desechos orgánicos que estaban en una de las unidades.
Tras ello la confrontación escaló. Aunque del lado de los simpatizantes se subrayó el llamado a evitar y no caer en la provocación, no faltó quien externara su desacuerdo por la protesta.
La crisis por el manejo de la basura data de varios años en los que no se estableció un nuevo esquema y en cambio se extendió el uso del basurero de Zaachila, propiedad de la ciudad. Pero ante el colapso de este y la falta de un nuevo relleno sanitario la crisis explotó el 8 de octubre, con el cierre definitivo del tiradero de Zaachila.
La autoridad municipal, que preside Francisco Martínez Neri, reconoció que se viven momentos críticos. Y que aunque ya se tiene un nuevo terreno (perp solo para compactación), este no podrá ser usado en al menos un mes, además de que aún falta conseguir otro espacio de destino final.
