La crisis por el manejo y depósito de las 550 toneladas diarias de residuos de la ciudad de Oaxaca se extenderá al menos un mes más. Con el cierre del tiradero de Zaachila el 8 de octubre y aunque el municipio capitalino finalmente compró un terreno para atender el problema, este no podrá ser usado en lo inmediato sino en poco más de un mes.
Reacio para revelar la ubicación, costo, superficie y otros datos sobre el nuevo predio, el presidente municipal Francisco Martínez Neri sólo aclaró que el terreno adquirido con ayuda del gobierno estatal será un centro de acopio y de compactación de residuos inorgánicos.
Es decir, a donde llegará y se compactará el 40 por ciento del total de desechos recolectados (un aproximado de 220 toneladas), los que a su vez aprovechará una planta cementera en termo destrucción.
Se estima que la habilitación del nuevo sitio, del que el gobierno estatal y el municipal estiman una duración para 20 años, tome más de un mes, en tanto se coloca la membrana, se consigue la compactadora y se traslada esta al terreno. “Hacer el relleno, colocar la membrana y todo lleva como un mes”, explicó el presidente municipal.
El edil también reconoció que aún no se cuenta con la compactadora que operará en tal área y que la pequeña que tiene el municipio es insuficiente.
La solución a la crisis sanitaria, por la que persiste la contaminación en la ciudad, está a medias. Todavía se necesita adquirir otro predio para la disposición final de los desechos inorgánicos que no se pueden aprovechar de ninguna manera (ni en reciclaje ni en termo destrucción). Es decir, de un estimado del 10 por ciento del total diario (55 toneladas, aproximadamente).
El 50 por ciento del resto de residuos diarios se reparte entre orgánico (42 por ciento) e inorgánico reciclable (8 por ciento). Pero el manejo de los orgánicos a través de composta, que se venía haciendo en el bosque El Tequio, fue suspendido desde el sábado.
El Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR), que opera el aeropuerto adjunto se dijo afectado por la presunta contaminación del área. A sus dichos se sumó la diputada Nancy Benítez, quien acusó que el bosque (donde está el vivero de la capital) se usaba como basurero y por lo cual exhortó al estado evitar tal utilización.
El Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO) negó tales afectaciones e incluso respaldó al municipio en cuanto al tratamiento. Pero finalmente el bosque fue cerrado y los camiones que llevaban los residuos orgánicos ya no pudieron ingresar con ellos el sábado. A partir de entonces, estos se mantienen en los camiones compactadores.
