En su homilía dominical, el arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, dirigió un mensaje espiritual y crítico que resonó entre los fieles que asistieron a la celebración litúrgica.
En un contexto social marcado por la violencia, la inseguridad y la deshumanización, el prelado exhortó a cada persona a verse a sí misma y a los demás como “morada divina” y a vivir desde el amor, la misericordia y la paz.
“No pienses que el mensaje era para quien no vino; Dios te habló a ti”, expresó el arzobispo, invitando a los presentes a asumir su papel como evangelizadores en su entorno inmediato. Recalcó que el encuentro con la palabra de Dios no es un ejercicio externo o meramente ritual, sino una experiencia personal que transforma desde adentro.
La dignidad humana como morada de Dios
Basado en el evangelio según San Juan, recordó que quienes aman a Dios y cumplen su palabra se convierten en su morada. “Desde el día de tu bautismo, Dios vive en ti. Tú eres templo vivo del Espíritu Santo”, afirmó.
En ese sentido, llamó a los fieles a reflexionar si sus hogares y relaciones familiares reflejan esa presencia divina o si, por el contrario, están dominados por el cansancio, la indiferencia o incluso el desprecio.
“¿Nos miramos como moradas de Dios en casa, o solo nos gritamos y nos herimos?”, cuestionó. Con ese enfoque, urgió a que la fe no sea un discurso sino una vivencia diaria, sobre todo en los momentos difíciles, confiando en la guía del Espíritu Santo.
Un llamado a construir paz en un país fracturado
La homilía también incluyó un claro posicionamiento frente a la violencia que aqueja al país. El arzobispo lamentó la falta de respeto a la vida y denunció la facilidad con la que hoy se asesina, se desaparece y se persigue. Frente a esa realidad, llamó a la comunidad a convertirse en promotores de paz, de reconciliación y de armonía.
“No seamos causa de odio ni alimentemos sentimientos de venganza. Trabajemos para vivir en paz con nosotros mismos y con los demás”, insistió, recordando las palabras de Jesús: “Mi paz les dejo, mi paz les doy”.
Finalmente, Vázquez Villalobos recordó que la Iglesia se encuentra en la recta final del tiempo pascual. Invitó a la comunidad a vivir estos días con la mirada puesta en la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo, para renovar el compromiso de ser verdaderos discípulos y testigos del evangelio.
“Todavía es tiempo para perdonarnos, para mirarnos como Dios nos mira: con amor y misericordia”, concluyó, invocando a la Virgen María como modelo de esa morada divina que todos estamos llamados a ser.