A un año de haber sido plantados, los cuatro nuevos framboyanes de una de las jardineras del ex convento de Santo Domingo de Guzmán resisten. Y junto a ellos permanecen también los ejemplares de la misma especie (Delonix regia) que se colocaron en 2012 tras la muerte de sus antecesores, también framboyanes.
Los cuatro nuevos framboyanes los plantaron el 30 de marzo de 2022, luego de que la actual Secretaría de Medio Ambiente y Cambio Climático confirmó la muerte de tres cuya edad era de poco más de 40 años.
Aunque con un tamaño similar al de hace un año, por ser una especie de un crecimiento relativamente lento, los nuevos framboyanes se mantienen erguidos y hasta ahora no se han reportado plagas u otras afectaciones a ellos.
Pese a ello, su plantación no logró el respaldo de activistas y especialistas en materia ambiental, debido a que por lo ocurrido a los anteriores framboyanes de la jardinera los nuevos se enfrentan a un destino similar.
Jorge Luis Cruz Alvarado, fundador de la asociación Oaxaca Fértil, advirtió en su momento que los cuatro nuevos framboyanes no son una especie endémica y que el espacio en donde se colocaron no es el ideal.
La especie ya demostró que no está para esa jardinera porque nada más duró como 30 o 40 años. No es apta para ahí”, remarcó el especialista sobre ejemplares que están “predestinados” a morir. En su lugar, Alvarado sugirió plantar otras especies como las primaveras (guayacanes) de flores rosas, amarillas y moradas) o majaguas.
Los framboyanes, cuyas flores son de color rojizo o naranja, se localizan a un costado de la calle Macedonio Alcalá. La jardinera en la que se encuentran suele ser un sitio de descanso o punto de reunión, por lo que la sombra de los framboyanes ha sido importante.
En su momento, la Fundación Alfredo Harp Helú (FAHHO) explicó que los árboles muertos tenían poco más de 40 años, pero “terminaron por secarse debido al estrés, la radiación solar y la falta de cuidados y mantenimiento”. Además de que padecieron los estragos del hongo Phymatotrichum omnivorum y el daño por este “era irreversible”, sumado a que para entonces los árboles ya representaban un riesgo para la ciudadanía, al ser la calle Macedonio Alcalá muy concurrida.
Sobre la decisión de volver a plantar framboyanes, la FAHHO señaló que se tomó en cuenta que fueran árboles “de la misma especie” que el resto de los que hay en la jardinera y “que se respetara la arquitectura del paisaje”.
