Estibador, hasta donde el cuerpo aguante: don Pepe
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Estibador, hasta donde el cuerpo aguante: don Pepe

Don Pepe comenta que, a pesar de la competencia y uso de máquinas, el oficio sigue dejando para mantener a la familia


Sin protección social luego de más de 40 años de labor; debe “regatear” por laborar como estibador.
Sin protección social luego de más de 40 años de labor; debe “regatear” por laborar como estibador.

A sus 67 años de edad, don José Luis Herrera Labastida, aún le quedan fuerzas para levantar cargas de 50 hasta 60 kilogramos, y aunque reconoce que ya no tiene los mismos reflejos de antes, su trabajo como estibador lo pretende dejar “hasta donde el cuerpo aguante”.

Señala que, por allá de los años 80, cuando el ferrocarril tuvo su auge en el estado de Oaxaca, esta labor fue de las mejores pagadas en la entidad, por lo que, don José Luis se dedicó a descargar la mercancía que llegaba del norte y centro del país a la capital oaxaqueña.

Inicié en esto por el año 1981; lo hice por gusto porque, en aquel entonces, se ganaba muy bien. El ferrocarril venía a dejar mucha carga y no había muchos compañeros como ahora y menos estas máquinas de montacargas que ahora se utilizan”.

Con algunos achaques del trabajo cotidiano, pero con una experiencia que adquirió por más de 40 años en este oficio, el ciudadano comenta que, a pesar de la competencia y uso de máquinas, el oficio sigue dejando para mantener a la familia.

El trabajo de estibador siempre va a haber porque no hay fábricas en Oaxaca, sólo existió triplay y Novopan en un tiempo, pero vivimos en un estado comercial donde la carga proviene de otros estados; entonces, cuando llega a la ciudad, nos llaman para ir a descargar”.

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Entre el regateo y la baja productividad que existe en algunos días de la semana, accede a negociar con algunos clientes que se acercan a su base que se ubica en el Periférico en su esquina con Símbolos Patrios.

Aquí nos quedamos porque antes era un punto estratégico para el paso del ferrocarril, el empalme para las máquinas que se iban para Ocotlán o para Tlacolula estaba en el Parque del Amor, entonces si la locomotora venía con carga en ese lugar nos podíamos subir”.

Don José Luis refiere que, una vez que dejó de circular el ferrocarril, comenzaron a llegar los camiones de carga, así como los tráileres “que tenían que dar la vuelta hasta Símbolos Patrios porque antes solamente estaba el Puente Porfirio Díaz por donde pasaba el tren y no podían pasar los camiones de grandes dimensiones”.

Por eso nos quedamos en este lugar para esperar el transporte de carga y así poder obtener un poco de trabajo. A mí siempre me ha gustado porque me ha dado para mantener a la familia, como en todo hay días buenos y días malos, en mi caso me muevo a través de lo que se gana a la semana que son entre mil 500 a mil 800 pesos, sacando eso ya el resto es ganancia”.

La mayoría de los estibadores como don José Luis son personas de la tercera edad que siguen vigentes “hasta donde el cuerpo aguante”. Tal vez lo que podríamos lamentar es que no tenemos seguridad social y cuando uno se enferme pues también representa un pequeño gasto”.

Por su avanzada edad, algunos ya cuentan con la pensión de Adultos Mayores que otorga el Gobierno Federal, por lo que cada bimestre, combinan sus gastos con este apoyo gubernamental.


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