Alcanza gentrificación a mercados; imán de extranjeros, crecen precios
Para quienes acuden a laborar a la capital, el gasto en pasajes y comidas implica un importante desembolso
![Foto: Lisbeth Mejía // Visitantes en la zona de comedores del mercado 20 de noviembre Foto: Lisbeth Mejía // Visitantes en la zona de comedores del mercado 20 de noviembre](https://imparcialoaxaca.mx/wp-content/uploads/2024/02/Visitantes-en-la-zona-de-comedores-del-mercado-20-de-noviembrejpg.jpg)
Álvaro Martínez es un oaxaqueño nacido en Huatulco, un destino turístico como Oaxaca de Juárez, pero que en su visita a la capital del estado se ha encontrado con un alto costo en ciertos productos.
Él y su familia (tres integrantes en total) acudieron al pasillo de carnes o de humo, que por remodelación obligó a sus locatarios a instalarse temporalmente en la calle Miguel Cabrera.
Sin embargo para el oaxaqueño que este lunes ya se disponía a volver, su experiencia en el emblemático pasillo no fue grata, debido a que se sintió “perseguido” por los locatarios “que se te amontonan”.
Además porque tras comer salió “espantado” y disgustado por lo que tuvo que pagar por tres personas y sin satisfacer su apetito: 430 pesos “por un tasajo, una tripita y un guacamole”.
Te vienen saliendo con unos pedacitos de tasajo y aparte (te venden) el chile, el guacamole, las tortillas…”, narró el oaxaqueño, quien comparó los precios con su natal Huatulco. Aunque reconoció que ahí también hay lugares “caros” a donde “llegan los güeros”, como en la zona hotelera, pero que como locales sabe en qué partes de destino acudir para tener precios accesibles.
![Foto: Lisbeth Mejía // A tope, el provisional Pasillo de Humo.](https://imparcialoaxaca.mx/wp-content/uploads/2024/02/A-tope-el-provisional-Pasillo-de-Humo.jpg)
Esos precios, dijo, son para “visitantes”, especialmente para extranjeros. Aunque consideró que estos no buscan este tipo de alimentos que sí gustan a los locales.
En lugares como los mercados públicos del centro histórico, es habitual observar a visitantes nacionales y extranjeros, pero para varios oaxaqueños, los precios son elevados. Incluso si se quiere consumir un agua, comprar alguna fruta o verdura o las tlayudas. Estas, por ejemplo, se venden en 3 por 20 pesos.
Para los habitantes locales o las personas que acuden a esta ciudad para trabajar, comer durante su estadía en ella también “es caro”. Además de las más de tres horas y los 65 pesos que gasta diariamente en viajar desde Santa Lucía Ocotlán, Laura, una vendedora de chapulines, dice que comer aquí no le conviene.
Aun cuando de lunes a viernes desayuna suficiente para aguantar su jornada de 10:30 hasta casi las 7:00, termina comprando algún plato de comida (sin agua ni tortillas) o un poco de quesillo y gastar al menos 50 pesos. Por eso siempre trae tortillas y agua para ahorrar lo más posible y no perder tanto de su ganancia por la venta de chapulines.