La “Casa del pueblo”, un ring con un Martínez Neri impávido
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La “Casa del pueblo”, un ring con un Martínez Neri impávido

“Esto lo provocan ustedes, autoridades”, gritan vecinas del Pañuelito tras ser agredidas por ambulantes


Foto: Adrián Gaytán / Una mujer con un hematoma causado por la agresión de ambulantes en la propia Casa de Pueblo.
Foto: Adrián Gaytán / Una mujer con un hematoma causado por la agresión de ambulantes en la propia Casa de Pueblo.

Había casa llena y, frente a los ojos del ex general Porfirio Díaz Mori todo parecía en calma. Una sesión como muchas tantas donde el desinterés de los concejales se notaba en su ausencia física o en la mental.

Pero el retrato del ex presidente oaxaqueño sería testigo de una batalla campal en la que el edil Francisco Martínez Neri permanecería impávido. Y de la que minutos después saldría junto al séquito de regidores y policías que nada hicieron por detener los golpes entre comerciantes en vía pública y los vecinos y empresarios del jardín el Pañuelito.

Tirones de cabello y de ropa, rasguños en rostros de los que corría sangre, algún ojo enrojecido y quién sabe qué otras marcas quedaron entre quienes estalló una lucha propiciada por un cabildo omiso a los reglamentos.

¡Es una injusticia contra grupos vulnerables!”, acusaban los desplazados triquis que lidera Lorena Merino en una de las tantas protestas que con altavoz ha realizado en los últimos meses en el acceso a la otrora “casa del pueblo”.

Pero sus gritos que en otros días han llenado los corredores del palacio quedaron opacados por la batalla campal entre vecinos del Pañuelito y agremiados de las organizaciones que lideran Carmela Luján, Yolanda Ortega y Estela Mendoza.

En esta sesión del cabildo, el salón Porfirio Díaz Mori estaba atiborrado como aquel 15 de junio en que los concejales desestimaron la queja de vecinos y aprobaron los 303 permisos para las expo ferias artesanales.

El cabildo analizaba los dos únicos puntos de acuerdo y se planteaba incluir más dictámenes para avalar los permisos que una semana antes había rechazado por falta de votos. Y eso había motivado la presencia de las organizaciones.

Aunque a los vecinos los movía la exigencia por que se respetaran los acuerdos y la falta de respuesta del secretario de Gobierno, Felipe Canseco, por las carpas instaladas con varios días de antelación en el jardín Labastida y la calle Constitución.

 

 

Hombres con mariconeras y gorras formaban una valla humana entre sus lideresas y vecinas del Pañuelito que buscaban llegar a los primeros asientos del salón. “No me dejan pasar”, se quejaba la vecina a la que sus colegas se acercaron para ayudar, pero que los “porros” les impidieron el paso.

Pronto los gritos e insultos pasaron a los jalones de cabello en el pasillo. Carmela Luján, Yolanda Ortega y Estela Mendoza entraban al quite y la hija de una de ellas con otras mujeres se iban en contra la vecina a la que antes una de las comerciantes le había roto el sostén.

La regidora Claudia Tapia continuaba su lectura como si en la casa del pueblo no ocurriera nada. Aunque a unos metros entre el público dos hombres de ambos bandos se dieran de golpes.

Sin más que un llamado a misa por parte de dos concejales, René Ricárdez e Ismael Cruz Gaytán, la pelea continuaba ante las cámaras.

“¡Ya suéltenla! ¡Ya!” Los gritos de Ortega no lograban controlar a su gente ni con los guaruras o porros que incluso empujaban a la multitud para alentar la pelea.

“¡Esto lo provocan ustedes, autoridades!” Ese era el reclamo y señalamiento de la vecina agredida que advirtió con denunciar la violencia en su contra. Pero su consigna pronto fue pagada por la multitud de comerciantes que al grito de “¡Queremos trabajar, queremos trabajar!” buscaba más permisos para verbenas y venta ambulante. Unos que finalmente, y tras un receso de la sesión, aprobó el cabildo presidido por Francisco Martínez Neri.

 

Foto: Adrián Gaytán / La pelea entre vecinos del centro histórico y comerciantes informales.

aa

 

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