Regidoras niegan acusaciones; se dicen blanco de golpeteo
Atajan señalamientos por presunta corrupción con acusaciones de violencia de género
Como violencia política de género, así calificó la regidora Deyanira Altamirano Gómez las acusaciones mediáticas en su contra, en las que se le señala de presunta corrupción por el supuesto cobro a artesanos durante las fiestas de Guelaguetza.
Aunque inicialmente se ha referido a su caso como “golpeteo” o “violencia política”, la concejal del municipio de Oaxaca de Juárez no descarta que sea por razón de género. Tal como lo ha considerado sobre sí la síndica Nancy Belém Mota Figueroa, síndica procuradora, a quien se le acusa también se presunta corrupción.
A raíz de las denuncias públicas en redes sociales, ambas funcionarias son objeto de investigación por parte del Órgano Interno de Control Municipal. En su caso, Altamirano respondió va a proveer las pruebas a su favor, en espera de la resolución del órgano. Pero si hay alguna denuncia en su contra, pidió que esta se haga en el órgano interno, la Fiscalía General del Estado u otra instancia correspondiente.
Estamos esperando una respuesta a un oficio que se envió a contraloría. Vamos a proporcionar todos los pagos que hicieron los (150) artesanos, tenemos todos los comprobantes”, detalló la concejal. Asimismo, remarcó que “todo es transparente” y que durante la sesión de cabildo en que se aprobaron los permisos temporales explicó que “los pagos iban a ser de ellos directamente al proveedor, que es el dinero que ellos (quienes a acusan) comentan”.
Asimismo, relató que la Secretaría de Gobierno municipal generó un (boleto de) pago para que este se hiciera directamente en Tesorería.
Refugio antiguo, sin recuperarse; nuevo, sin abrirse
Al ser cuestionada sobre el refugio para mujeres que el municipio cedió en 2017 a una asociación ligada al dirigente comercial y ex legislador Hugo Jarquín, la regidora respondió que el inmueble sigue en manos de la asociación civil. “Apenas se van a encontrar los mecanismos para recuperarlo”, añadió.
En próximos días, la ciudad cumple cuatro años con la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres. Pero en este tiempo ha carecido de un refugio para salvaguardar la integridad de mujeres víctimas y sus hijas e hijos. La Casa de Medio Camino tampoco ha operado con las mejores condiciones. En tanto, el nuevo refugio que anunció el presidente municipal sigue sin abrirse.
Del nuevo refugio, Altamirano dijo que aunque ya se tienen las instalaciones “todavía no está operando”.
No es tan fácil, requiere de presupuesto, personal calificado y que esté certificado en temas de violencia, que sean solamente mujeres, que no haya hombres para no re victimizar a la víctima. Tener todas las instalaciones adecuadas para ellas y ellos, porque regularmente llegan con sus hijos”.
