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La oposición unida

“Lejos de utilizar el diálogo y llegar a acuerdos, Morena y el presidente, se han dedicado a denostar a los partidos opositores y a cada diputado en específico que votó en contra de su iniciativa, acusándolos de traición a la patria”


El pasado domingo 16 de abril, la oposición dio muestra de fortaleza y unidad al hacer valer su presencia y representatividad en la Cámara de Diputados al no aprobar las modificaciones  constitucionales que implicaban la Reforma Eléctrica. Para ello, estuvieron presentes todos los diputados de los partidos que integran la alianza Va por México (PAN, PRI y PRD) más la bancada de MC y con el voto adicional de dos diputadas del Partido Verde, que posteriormente fueron expulsadas de ese partido. Este acontecimiento marca para Morena y para la administración del Presidente López Obrador, una nueva etapa como resultado de la voluntad popular expresada en las urnas que llevó precisamente a que la oposición en su conjunto alcanzará el número suficiente de diputados para quitarle a Morena la mayoría calificada que requiere cualquier reforma constitucional. Este nuevo escenario obligaría al presidente y a Morena a hacer uso de la política  y llegar a acuerdos con los partidos opositores; sin embargo, siguen tomando el camino de la imposición, como si todavía gozaran del número suficiente de diputados para sacar adelante reformas constitucionales.  Lejos de utilizar el diálogo y llegar a acuerdos, Morena y el presidente, se han dedicado a denostar a los partidos opositores y a cada diputado en específico que votó en contra de su iniciativa, acusándolos de traición a la patria.

Al llamar traidores a la patria a los diputados que ejercieron su derecho a disentir y a presentar otras propuestas, así como llamar a su linchamiento es un despropósito que rebasa los límites aceptables de la política. Lo peligroso de este discurso es que destruye la posibilidad de acuerdos que es la esencia de la política y crea el escenario para la confrontación. Morena busca sacar raja del “río revuelto”, mediante el camino del odio y la confrontación, sin importar la verdad o la razón, sino sólo la exacerbación de las emociones de su electorado.

Este discurso contra los opositores son solo pretextos para mantener unido a su movimiento. En realidad, no se trataría de argumentos para combatir a los opositores, sino pegamento para evitar la fragmentación interna de los simpatizantes del presidente.

Este escenario vuelve imposible cualquier puente de diálogo con la oposición y que en el futuro pase cualquier otra modificación constitucional.

El objetivo de Morena está claro, destruir la unidad y denostar a la oposición como estrategia electoral con miras al 2024.

A pesar de saber que no cuenta con los votos suficientes, el presidente ha presentado ante la Cámara de Diputados ahora su Reforma Electoral. El objetivo del presidente no es que las reformas sean aprobadas, sino el fondo de estas propuestas es buscar crear la narrativa para 2024 y las condiciones para la permanencia de Morena y sus aliados en el poder.

La Reforma Electoral propuesta por el presidente contempla: la creación del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), en sustitución del actual INE; las elección de Consejeros y de Magistrados Electorales mediante voto popular, el primer domingo del mes de agosto y siendo los candidatos postulados por los Poderes de la Unión; la desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales y Tribunales Electorales Locales y federalización de las elecciones; la eliminación de las diputaciones plurinominales y reducción del número de legisladores federales y locales, pasando la Cámara de Diputados a 300 diputaciones y la Cámara de Senadores a 96 Senadurías;  el cambio de modelo de elección de diputados, senadores y ayuntamientos para que estos sean elegidos mediante el sistema de representación pura, en donde el porcentaje de votos que obtenga un partido político será el porcentaje de legisladores o miembros de ayuntamientos que tendrá.

Aunque a simple vista una gran parte de la ciudadanía  pudiera simpatizar con algunas de estas propuestas, lo cierto es que significan un retroceso para el avance democrático de México.

Por ejemplo, en el caso de los diputados plurinominales que para algunos  no son bien vistos, lo cierto es que  pueden tener mayor representatividad en su conjunto frente a diputados del partido ganador cuando la votación de este no supere el cincuenta por ciento. Por eso, es importante que las primeras minorías se encuentren representadas en el poder legislativo a través de los diputados y senadores plurinominales.

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