Jardín Sócrates: tradición que se sobrepone a la pandemia
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Jardín Sócrates: tradición que se sobrepone a la pandemia

Puestos como el de Karina esperan un repunte en las ventas


Jardín Sócrates: tradición que se sobrepone a la pandemia | El Imparcial de Oaxaca
Fotos: Luis Alberto Cruz / La afluencia es todavía menor a la que se veía en años previos a la pandemia

La reanudación de las actividades religiosas para el público y las vacaciones de la temporada son las esperanzas para familias como la de Karina, que por generaciones se han dedicado a la venta de nieves en la ciudad de Oaxaca. Primero de forma ambulante en la Plaza de la Constitución (zócalo), luego con puestos frente a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, los que más tarde se pasaron a la Alameda de León y, desde principios de los años 70 en el jardín Sócrates.

De diversos sabores, tanto tradicionales como los más nuevos, de leche o de agua, los puestos ofrecen nieves desde 35 pesos a turistas y locales que acuden a este jardín emblemático de la capital.

El jardín Sócrates, las nieves de La Soledad o el jardín de las Nieves, son los nombres que se han dado a este sitio donde la música, el papel picado y una mantelería particular acompañan el deleite de una nieve de guanábana, de tamarindo, limón, sorbete, mezcal, beso oaxaqueño y decenas de sabores más.

Por décadas, los puestos que antes estuvieron en la Alameda de León y el zócalo se han convertido en un atractivo turístico de la ciudad de Oaxaca. Por eso Karina espera que tras dos años con la pandemia de Covid-19 los visitantes acudan a este sitio emblemático y de tradición.

 

Karina Soto, de la nevería El Lirio, es de la quinta generación de estos puestos

 

Ayer, jueves, mientras las sillas y mesas empezaban a llenarse de clientes que buscaban calmar el calor o sólo disfrutar de una nieve, en cada puesto era habitual escuchar la invitación para disfrutar de estos productos.

Aunque la afluencia es todavía menor a la que se veía en años previos a la pandemia, Karina cuenta que comparado con 2020 y 2021 hay más turistas. “Todos los cultos religiosos se han activado y esto ayuda a que el turista y la gente local venga a visitarnos, a desestresarse”, dice Soto.

Como este, los otros siete puestos que operan en el jardín aledaño a la basílica de La Soledad tuvieron que cerrar en los primeros meses de la pandemia. En julio de 2020, algunos empezaron a reabrir, pero las ventas fueron mínimas y no han logrado repuntar para alcanzar los niveles previos.

A esta situación se suma el encarecimiento de insumos, por los que esto también se refleja en los precios de las nieves. En algunos puestos, estas se venden en 35 pesos por copa normal, pero en otros se dan en 40. Las combinaciones y el tamaño del recipiente también hacen variar los precios hasta en 140 pesos.

 

Hay nieves de diversos sabores, tanto tradicionales como los más nuevos

 

Karina Soto Armengol, de la nevería El Lirio, es de la quinta generación de una serie de puestos que iniciaron principalmente como familias dedicadas a la venta de nieves en el Centro Histórico de la ciudad. Leonarda Armengol León, su bisabuela, fue quien le contó cómo sus antecesoras empezaron este negocio que se ha vuelto una tradición.

En el jardín Sócrates, otras de las familias que recuerdan los antecedentes de este espacio emblemático es la de doña Amalia, quien ha contado a EL IMPARCIAL cómo sus padres (Consuelo Armengol Hernández y José Velasco Jiménez) y su abuela (Anacleta Hernández) fueron de los iniciadores.

Primero fue con la venta en garrafas a ras de suelo, en el zócalo capitalino, en 1932. En 1935 se colocaron sus primeros puestos junto a la catedral metropolitana, del lado del reloj.

En 1940, las autoridades municipales les propusieron reubicarse en la Alameda de León. Sin embargo, la remodelación de ese sitio y una reubicación temporal por la visita del papa en 1979 propiciaron la reubicación en el jardín Sócrates, donde han permanecido desde entonces.


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