Festejos religiosos, esperanza de ferieros
Para la familia de Hiram Arrazola, la festividad a la Virgen de Juquila fue la primera a la que acudió tras la pandemia; aun con medidas sanitarias, la afluencia es poca, señala
Con aforo máximo del 50 por ciento y en medio del temor que persiste por contagios, la familia de Hiram Reyes volvió a instalar los juegos mecánicos y puestos de antojitos para animar las festividades en la ciudad de Oaxaca.
La fiesta en honor a la Virgen de Juquila en la agencia de San Juan Chapultepec es la primera celebrada tras la pandemia, cuenta el oaxaqueño que durante más de un año debió emplearse en otros oficios. En el ámbito de los ferieros, aquellas personas dedicadas a las atracciones con juegos mecánicos, la pandemia tuvo un gran impacto, señala.
Como él, varios compañeros tuvieron que buscar trabajos temporales mientras la semaforización epidemiológica no era favorable para las ferias. “Cuando se puso el semáforo el rojo varios buscamos otros oficios, unos se fueron de albañiles, otros fuimos choferes, otros de cargadores, electricistas o de lo que hubiera”.
La venta de algunos de sus vehículos fue otra de las estrategias o salidas a las que tuvieron que recurrir. En tanto, los juegos mecánicos esperaban el momento de ser desempolvados para recibir a la gente.
Debido a la pandemia, las ferias han estado restringidas en más de un año. En algunos casos, otros grupos lograron instalarse en alguna parte de la ciudad, con autorización explícita de parte del ayuntamiento o sin ella.
Hiram y sus hermanos decidieron volver hasta ahora, con el permiso de la autoridad auxiliar de San Juan Chapultepec, que como en este caso y los de los demás puestos estableció medidas ante la pandemia.
Después de esta festividad, Hiram confía en llevar las atracciones Reyes a otras partes de la capital, especialmente para las fiestas en honor a la Virgen de Guadalupe y la de La Soledad, en donde también tendrán que seguir las medidas sanitarias.
“Nosotros tenemos la idea de que si no hay ferias toda la comunidad como que está apagada. Ir a una feria a un pueblo o colonia es parte de la vida para poderse distraer y para que la economía se reactive”, cuenta Arrazola, quien agrega que aunque es un trabajo familiar, son varias las personas que dependen de los empleos de este tipo de atracciones.
