Renuencia e inseguridad afectan al transporte en Oaxaca
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Renuencia e inseguridad afectan al transporte en Oaxaca

De lunes a domingo, en la ciudad de Oaxaca y la zona conurbada, los camiones del transporte urbano operan de 06 a 19 horas


Renuencia e inseguridad afectan al transporte en Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

César Lugo Ortega ha sido conductor por varios años, hace seis meses se reintegró a su actual empresa y en casi la mitad de este periodo ha visto cómo la emergencia sanitaria por Covid-19 ha cambiado su ritmo de trabajo. Aunque son menos horas las que labora, no así la presión por obtener ingresos, o la inseguridad que se vive en las calles y de las que ya han sido víctimas sus colegas en zonas como la Central de Abasto. 

“No hay de otra que seguir trabajando”, suelta quien como en un respiro deja escapar la resignación. Lugo acaba de llegar a La Joya y aprovechará los siguientes minutos para almorzar. Mientras, un joven desinfectará la unidad que aún conserva la pegatina de “unidad sanitizada” puesta por la Secretaría de Movilidad (Semovi), en la única ocasión en que la dependencia desinfectó éste y otros cientos de camiones hace unos meses. 

REDUCCIÓN DE PARQUE Y PASAJEROS

Él conserva su empleo, pero sabe que hay compañeros que no están trabajando, pues varias unidades están paradas. Otros más han perdido el pasaje del día en un asalto. Hace mes y medio que el gobierno estatal redujo no sólo horarios del transporte urbano, sino rutas: 14 están suspendidas temporalmente, según lo dicho por la Semovi. Por eso César dice que quienes tienen la oportunidad de trabajar tratan de brindar el servicio lo más eficiente que pueden. 

De lunes a domingo, en la ciudad de Oaxaca y la zona conurbada, los camiones del transporte urbano operan de 06 a 19 horas, con excepción de las unidades que transitan por las zonas de hospitales, las que pueden seguir prestando el servicio después de las 19 horas. A decir del gobierno estatal, estas medidas han hecho que se disminuya en un 55 % el parque vehicular del transporte urbano.

Para personas como César Lugo, de cuyo sueldo depende una familia, también baja el porcentaje de ganancias. Incluso, hay compañeros que no recuperan ni el costo del diesel. Afortunadamente, en su ruta, la que comunica a La Joya, Pueblo Nuevo, con la colonia Volcanes, ciudad de Oaxaca, hay todavía suficientes usuarios que transportar. Aunque no después de ciertas horas de la tarde, cuando prácticamente desaparecen de las calles y es preferible no hacer el último viaje, pues sólo se gastará combustible.

Las medidas sanitarias dispuestas para evitar los contagios de Covid-19 las ha tenido que aprender y seguir por cuenta propia, pero no está en su poder hacer que las cumplan los usuarios. César Lugo hace lo propio: pasar un franela empapada con agua y cloro el pasamanos y otras partes que tienen más contacto con las personas.

La mayoría de usuarios, explica, son conscientes y usan el cubrebocas que se ha hecho obligatorio, pero hay algunos que no. “Yo en lo personal, no les exijo usarlo porque obligarlos es ponernos en discusión con los pasajeros. Lo dejo a conciencia de cada quien. Pero procuramos que la mayoría de pasajeros lleve cubrebocas, por eso hay avisos”.

NUEVAS MEDIDAS QUE ADOPTAR

Hildeberto Ramírez, conductor por casi dos décadas, también ha visto cómo su trabajo ha cambiado, con menos horas de trabajo y nuevas medidas que adoptar. Además de la suspensión temporal de rutas, los choferes del transporte urbano están llamados a llevar un cupo menor para guardar la sana distancia. Pero esta, en su caso, se ha dado sin necesidad de evitar pasajeros, pues reconoce que casi no los hay y a veces viaja con tan sólo ocho personas a bordo, muchas menos que las tenidas antes de la emergencia, cuando iban decenas en los asientos o en el pasillo.

“La gente está atemorizada y quienes salen lo hacen por necesidad de llevar el sustento a casa, como nosotros”, cuenta el adulto de 59 años que aunque ya no tiene hijos que mantener, sí a su esposa y a él, además de pagar el servicio de agua, electricidad y otros.

Desde su perspectiva, observa cómo aún hay mexicanos que creen y otros no en la pandemia de Covid-19. Y eso lo observa en quienes usan cubrebocas, que son la mayor parte. Sin embargo, nota cómo hay quienes “no lo toman en serio”. Al igual que su compañero César, deja la responsabilidad en cada persona, a la que aunque no quisiera subir, le permite abordar. 

Al igual que los pasajeros, en algunas rutas del transporte aún se observa a conductores que a diferencia de César omiten el cubrebocas o incluso suben a más pasajeros que los permitidos según las disposiciones estatales.