Guadalupe Ángela, una muerte que enluta a la poesía
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Guadalupe Ángela, una muerte que enluta a la poesía

Desde muy joven mostró interés por las letras y lo mantuvo hasta sus 51 años que cumplió en enero.


Guadalupe Ángela, una muerte que enluta a la poesía | El Imparcial de Oaxaca

Guadalupe Ángela decía que su poesía es existencialista porque “habla sobre el sentido de la vida”. Pero para serlo, debía de contar con “un punto de transformación”; es decir, que mostrara “cómo un ser humano, en algún momento de su vida, tiene una revelación, una epifanía o entiende algo”.

Para la poetisa oaxaqueña (1969), un viaje a Berlín en 1993 pareció marcar una transformación. La que la condujo a escribir ante la añoranza por su idioma y que la mantuvo por más de dos décadas en la literatura y la enseñanza de idiomas, hasta su muerte la madrugada de este sábado 8 de febrero.

Guadalupe Ángela Ramírez Victoria había cumplido 51 años de edad en enero. Pero un cáncer que padeció en 2017 volvió a afectarle. Familia y amigos confirmaron el deceso de quien conoció la poesía a los 11 años y la cultivó a partir de sus veintitantos, motivada en parte por aquel viaje a Alemania y luego por el contacto con la poetisa oaxaqueña Rocío González, cuando esta, fallecida el año pasado, impartía un curso en la entidad, en los años 90.

“Es difícil vivir de la poesía”, confesaba la autora en febrero del año pasado sobre un contexto en el que las becas se han convertido para algunos en los mecenas del arte. O un ambiente en el que solo se puede vivir si se tiene suerte con sus libros. Consciente de eso, explicaba que en su caso había renunciado “a la venta de libros” y prefería enfocarse en la producción, “en poder hacer poemarios con hilos conductores que conversen con otras disciplinas”.

Un ejemplo de ellos fue la antología Zarpamos, que hizo con 17 artistas visuales radicadas en México e Italia, y junto a traductoras como la italiana Ángela Masotti. El volumen se escribió en español y se tradujo al italiano y al alemán. Esta antología, dijo, era una invitación a la transformación de las mujeres, a dar los pasos hacia otro lado; a no permanecer en un mismo lugar, y no necesariamente físico. “Fue un proyecto para visibilizar el trabajo de las mujeres, y que se convirtió en internacional”.

¿Cómo decide sobre qué escribir?

“Yo escribo sobre la transformación a partir de eventos muy significativos en la vida de una persona, que pueden ser el encuentro con otra persona, un viaje, la misma creación, o eventos dolorosos como la pérdida, la muerte o la enfermedad”, respondía la autora de obras como Poemario de las vírgenes, La alquimista y Autorretratos de una joven bailarina. Este, su último libro.

Para Guadalupe, la poesía era un diálogo con otras disciplinas, como lo mostró en su poemario La alquimista, basado en la obra de Remedios Varo. O en Autorretratos de una joven bailarina, en el que hizo las ilustraciones del mismo y plasmó los textos desarrollados a partir de las ocasiones en que llevaba a su hija Abril a danza contemporánea.

Guadalupe Ángela Ramírez Victoria se desarrolló en la literatura, como poetisa o docente, y en la enseñanza de idiomas. Se formó en la enseñanza de lenguas extranjeras en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y cursó la maestría en literatura mexicana en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. En esta casa de estudios estudió el doctorado en estudios críticos del lenguaje y fue directora del Centro de Idiomas.

Algunas de sus publicaciones en las que se ha incluido su obra son:Tres ventanas a la literatura oaxaqueña actual (Almadía, 2005)Oaxaca, 7 poetas (Almadía, 2006) y Anuario de poesía (Fondo de Cultura Económica). Entre sus publicaciones individuales están el de minicuentos Cichillitos(Pharus, 2009), A lápiz, haikús (Seculta, 2013), Poemario de las vírgenes (Editorial A mano, Oaxaca, 2013) y La alquimista (1450 Ediciones, 2016). Además del poemario infantil ¡Cuidado!, ¡te cae la nube! (editoriales Pharus y A mano, 2012).


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