Admiran la fiesta, pero temen a los bloqueos
Oaxaca es tierra de hombres solidarios, pero también de conflictivos, dicen visitantes
Turistas nacionales dicen admirar los bailes, tradiciones y comida de Oaxaca, pero también lamentan las protestas de los grupos chantajistas, ya que las marchas y bloqueos hacen perder el tiempo.
Abordados al término de la presentación matutina de la Guelaguetza 2017, los visitantes del centro del país se dijeron admiradores de la riqueza cultural del estado.
“Los oaxaqueños tienden a la hermandad y eso es lo que les da una fortaleza extraordinaria, porque hoy pueden pasársela súper bien en la fiesta, el mezcal y la comida, pero cuando surgen problemas se unen para exigir respuestas”, expone Gabriela Carrasco, visitante de Querétaro.
Y cita los hechos ocurridos el año pasado en Asunción Nochixtlán cuando elementos de la Policía Federal pretendieron desalojar a simpatizantes de la Sección 22 de la carretera federal.
“El ver un mar de gente luchando contra los policías y no temer por su vida, sino sumarse a una causa, te brinda un mensaje que en pocos estados se ha visto, entonces es un pueblo maravilloso que debe tener otras posibilidades de desarrollo”, expone.
Otro caso lo detalla Adrián Martínez, originario de la Ciudad de México y quien está de visita en la capital para vivir las festividades de los Lunes del Cerro y pasar unos días con su familia a la cual no veía desde hace tres años.
Padre de dos menores de edad, el arquitecto de profesión reitera la admiración a la máxima fiesta de los oaxaqueños, evento que se repite año con año y que sigue cautivando a propios y extraños, por su colorido, belleza y tradiciones.
Lo que más me gusta de las fiestas es el mezcal, dice entre risas y luego añade: “bueno aparte de la bebida, lo que adoro es la solidaridad de su gente y su cultura; son 8 regiones y cada una tiene música, gastronomía, cultura, dialectos, zonas que visitar y eso lo hace especial”.
No obstante en lo negativo, cuestiona los altos precios que se piden en algunos lugares por la comida; “nos han tocado malas experiencias con la comida que es cara y no aceptan cuestionamientos”.
“Otro detalle son los choferes abusivos del transporte público, los taxis nos han llegado a pedir 90 pesos del centro al auditorio para ver es espectáculo de Donají, cuando en temporada normal no rebasa los 50 pesos o el platillo en los mercados es muy caro o similar a los restaurantes de renombre”, sostiene.
