Con las lluvias, los mosquitos del dengue, zika y chikungunya acechan en el Istmo de Tehuantepec.
Incluso los perros en las calles se han vuelto un factor de riesgo para la salud pública en la región. Los mejores amigos del hombre, una gran mayoría sin dueño, se suman a las causas de preocupación para las autoridades de salud en la región, que cuenta con dos hospitales generales evacuados y que requieren ser demolidos, diversos centros de salud sin servicio y una zona de atención con unidades móviles de alta tecnología sólo para “verdaderas emergencias”.
Ayer el secretario de Salud federal, José Narro, continuó su recorrido en el municipio de Asunción Ixtaltepec, donde repartió productos de limpieza para que los habitantes limpien adecuadamente sus casas.
Literalmente, el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está dando escobas a las señoras… y a los señores, a los adolescentes. También les pide que se laven las manos, que cuiden el agua que beben y los alimentos que consumen.
“Necesitamos que la gente misma cuide el agua que está bebiendo, que la clore o que la hierva, yo sé qué hay escasez, pero la higiene es fundamental”, asegura.
En el Istmo de Tehuantepec es un problema la falta de agua y el exceso de ella. Aunque las lluvias cedieron ayer y la temperatura volvió a superar los 30 grados centígrados, aún quedan charcos, principales focos de generación de mosquitos de dengue, zika y chikungunya, enfermedades transmitidas por vector en las que Oaxaca, y el Istmo específicamente, es campeón. Ante este riesgo, la receta de Narro es simple y eficaz: hay que acabar con el mosco, “muerto el mosco se acabó el dengue, muerto el mosco ya no hay zika, pero no nos han ayudado las condiciones climatológicas, le consta a toda la población, junto con los temblores, el encharcamiento favorece el crecimiento de las larvas”.
Además de los mosquitos, las labores del sector salud se han centrado en atacar los riesgos que representan otros animales, perros y hormigas arrieras, por ejemplo, para éstas ha traído incluso a una experta de la capital del país. Ayer inició también una campaña de vacunación de perros y antigarrapatas.
Hospital móvil
De las incontables lecciones que debe aprender Oaxaca de la emergencia actual hay una especialmente valiosa: los recursos públicos pueden utilizarse para adquirir infraestructura de alta tecnología que permita controlar contingencias médicas, como un trailer quirófano dónde realizar cirugías y atender partos.
Una de estas unidades ha sido prestada a Oaxaca por el gobierno de Hidalgo. Se llama Atlante I. Ahí han nacido al menos 20 bebés, el último, ayer, el hijo de la señora Feliciana Pineda Hernández. También se atendió a un niño de 12 años con un problema de apéndice, entre otros casos.
El gobierno hidalguense mandó para coordinar estas unidades a “una campeona de la salud, del humanismo, una heroína de la salud”, como la describe el secretario Narro. La doctora Fabiola Téllez es la coordinadora de unidades móviles especializadas de Pachuca, Hidalgo, y hace una solicitud a los pobladores de la región: analizar las urgencias médicas que se presenten, porque “ahorita no tenemos una capacidad tan amplia como la que tenía el hospital”.
El hospital Macedonio Benítez Fernández, una de las obras facturadas como pérdida total al sismo del 7 de septiembre, tenía capacidad para 60 personas, en este espacio hay lugar para 41. 28 en carpas de internamiento, tres en área de choque y 10 en la de ginecología.
“Dentro de la contingencia la capacidad es suficiente, aquí estamos haciendo mucho énfasis a la población, solamente que sea muy necesario, una paciente que llega con un dolor abdominal, que pensamos que es una apendicitis no la vamos a dejar ir, pero les pedimos que la atención que requieren sea muy necesaria”, aclara la doctora.
En el lugar hay atención para cinco áreas generales: ginecología y obstetricia, pediatría, medicina interna, traumatología y urgencias. Otra de las unidades prestadas por el gobierno de Hidalgo es el Atlante II, con un área de choque, para atender casos como sangrados y deshidratación severa. Hay también un laboratorio de análisis molecular y un área de rayos x.
Atención especial
El Istmo de Tehuantepec se ha convertido en una zona especial en la que la atención de las instituciones de salud pública, IMSS, ISSSTE y SSO, se han abierto a todos los habitantes.
A los apoyos médicos en la región se han sumado iniciativas de instituciones nacionales e internacionales.
El Instituto Nacional de Psiquiatría puso en operación un centro de atención para personas que sufren crisis nerviosas, las cuales pueden comunicarse al número telefónico 018006114484. Hasta ayer registraba 13 mil 500 atenciones de todo el país.
Asimismo, a la región llegaron ayer 40 trabajadores de la salud de Cuba, entre especialistas, médicos generales y enfermeros.
Se suman médicos y psicólogos voluntarios de instituciones como la UNAM, el IPN y el Ejército, además de personas como doña Aurora, que con dos habitantes más del Estado de México, iniciaron ayer la atención médica en el albergue del deportivo de Ixtaltepec junto al doctor Juan Arana, que pide a los pobladores poner especial cuidado en su dieta.
Al trabajo voluntario lo acompañan las palabras del secretario de Salud, José Narro, palabras enérgicas de alivio para una población que tardará en tener un hospital lo que tarda en crecer una obra pública en Oaxaca: “Los sismos nos lastimaron, pero somos médicos y sabemos curar las heridas, somos expertos de la salud, vamos a salir adelante trabajando juntos, con la gente”.