En Salina Cruz, alrededor de 70 familias de la colonia Revolución se atrincheraron en sus hogares, desafiando las labores de demolición emprendidas por una empresa contratada para el proyecto del Tren Interoceánico. Este conflicto ha surgido a pesar de los intentos del Gobierno y los desarrolladores por llegar a acuerdos sobre reubicaciones y compensaciones.
Desde el lunes, la demolición de viviendas ha iniciado en la zona destinada a la construcción de un patio de maniobras esencial para el transporte de carga entre Salina Cruz y Coatzacoalcos. No obstante, la resistencia de un grupo significativo de vecinos ha provocado un estancamiento en el proceso. Los residentes afectados alegan que los acuerdos previos no se han cumplido satisfactoriamente.
Los ingenieros a cargo del proyecto aseguran haber mantenido diálogos con los residentes para explicar la necesidad de desalojo, proponiendo la constitución de un nuevo fraccionamiento como opción de reubicación. Aunque algunos vecinos han aceptado la oferta, que incluye una compensación de 750 mil pesos por vivienda, asistencia con renta y transporte de bienes, otros persisten en su firme oposición.
El conflicto evidencia la complejidad y la sensibilidad de los procesos de reubicación asociados con proyectos de infraestructura a gran escala. La situación actual demanda un esfuerzo continuo por parte de todas las partes involucradas para encontrar soluciones que respeten los derechos de los residentes afectados y aseguren un desarrollo sostenible de la región.