Talabartera crea prototipo para el lavado de pieles
Ante la dificultad de tratar las pieles y el trabajo poco remunerado por ello, la estudiante creó una máquina que podría rescatar el oficio
El proceso para la limpieza y el lavado de la piel del ganado vacuno tiene varios días de duración, puesto que este será utilizado para la elaboración del calzado tradicional de los pueblos zapotecas.
Para adquirir las pieles y ante la falta de un rastro para la matanza del ganado vacuno que se consume en los pueblos del Istmo, los talabarteros, deben recorrer cada uno de los domicilios particulares en donde se procesa al animal para la venta de su carne en los mercados locales.
El proceso para limpiar y curtir la piel tiene una duración aproximada de 30 días, tiempo en el cual el talabartero debe de realizar un gran esfuerzo físico por varias horas, hasta lograr tenerlo en el punto adecuado para convertirlo en huaraches.
El taller en donde se realiza el lavado natural de las pieles se les conoce como “pilas”, debido a los tanques de concreto que utilizan, además de grandes cantidades de agua y la corteza del árbol de Huamúchil para curtirlas, siendo este último paso el de mayor tiempo.
Durante el proceso los vecinos de la zona deben soportar los malos olores que emanan del taller de talabartería.
Por esta razón, Milaidy Cabrera Martínez, alumna del Instituto Tecnológico del Istmo (ITI), instalo un taller en su domicilio particular, en donde elabora huaraches que vende para mantener sus estudios.
Catalogada como la primera mujer talabartera en la región del Istmo, la joven de 22 años de edad fabricó un prototipo de lavadora mecánica para pieles, con la cual estará procesando tres piezas en dos horas, siendo necesaria la utilización de productos químicos y aromatizantes para el lavado y limpieza de las mismas.
La entrevistada explico que la idea de la lavadora de pieles nació durante su visita a las fabricas de calzado en Guanajuato, en donde observo maquinas industriales en las cuales se inspiró para fabricar su propio prototipo con el objetivo de beneficiar a los talabarteros del Istmo.
Añadió que este es un oficio que se encuentra en extinción ya que el proceso de tratamiento de la piel es tardado, agotador y poco remunerado, por lo que busca que la idea de su prototipo los beneficie para que el trabajo continúe por muchos años más.
