Vivienda digna, la esperanza de una casa propia, el sueño de muchos en el Istmo

Por: José Nieto

Olvidado por las autoridades encargadas del primer censo de viviendas dañadas por el fatídico terremoto que azotó los municipios de la región del Istmo hace dos años, Julio César Martínez Ordoñez no pierde la esperanza de contar con una vivienda digna.

Imposibilitado para moverse libremente debido a secuelas de la poliomielitis, relató que la vivienda de adobe y tejavana que heredó de sus padres colapsó totalmente durante el movimiento telúrico, logrando rescatar algunas de sus pertenencias entre los escombros.

Con la ayuda de sus vecinos logró construir un refugio de madera y lona, en donde se resguardó de la lluvia y los fuertes vientos que azotaron la región istmeña días después del fatídico 7 de septiembre, al tiempo de sentir las constantes réplicas.

A pesar del colapso de su vivienda, la ayuda gubernamental, designada través de la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial, y Urbano (SEDATU), encargado del primer censo de viviendas dañadas, nunca llegó.

Al tiempo de lamentar su impedimento físico, remarcó su molestia por el olvido gubernamental del cual fue objeto en esos momentos, pues su vivienda se ubica en la calle Constitución de la 6ª Sección, a la vista de todo transeúnte, el daño estructural era evidente.

Durante los trabajos del segundo censo o verificación de afectaciones como le llamaron las autoridades de los tres niveles en ese entonces, logró que su vivienda fuera tomada en cuenta, pero, fue grande su sorpresa porque meses después se enteró que el beneficio que recibirá próximamente será por daño parcial.

“Como quieren que construya una casita con 15 mil pesos, no me va a alcanzar ni para el baño”, señaló textualmente el entrevistado.

Por lo que acudió ante las instancias correspondientes, quienes le indicaron los mecanismos que deberá de seguir para que el personal de SEDATU lo visite nuevamente, en espera de que la clasificación de daño parcial, sea modificada a daño total.

Y con ello reciba el recurso necesario para que reconstruya su vivienda, pues en la actualidad, le paga la cantidad de mil pesos a su vecino por el arrendamiento de un pequeño cuarto en donde pernocta.