La automotriz Stellantis, propietaria de marcas como Jeep, Chrysler y Dodge, anunció la suspensión temporal de sus operaciones en plantas de México y Canadá, como respuesta directa a los nuevos aranceles impuestos por el expresidente estadounidense Donald Trump.
Impacto de los aranceles
Los aranceles, que entraron en vigor el pasado 3 de abril, incrementan en un 25% los costos de importación, lo que ha generado una fuerte ola de incertidumbre en la industria automotriz de Norteamérica. La medida ha tenido consecuencias inmediatas tanto en el ámbito laboral como en el económico.
Consecuencias laborales
Uno de los mayores impactos se ha registrado en la planta de Stellantis en Ontario, Canadá, donde cerca de 4,500 trabajadores se verán directamente afectados. Además, también se espera una suspensión en plantas estadounidenses dedicadas a la producción de refacciones, lo que amplía el alcance de la crisis laboral.
Impacto económico
En el plano financiero, las acciones de Stellantis sufrieron una caída en Wall Street tras el anuncio, reflejando el nerviosismo de los inversionistas ante un escenario incierto. Por su parte, la Organización Mundial del Comercio (OMC) advirtió que los nuevos aranceles podrían provocar una contracción del comercio global.
Los analistas estiman un aumento del 15% en los precios de los vehículos importados, una tendencia que podría traducirse en una disminución de la demanda en el mercado automotriz, afectando a consumidores y fabricantes por igual.
Respuesta de Stellantis
Ante este panorama, Stellantis informó que se encuentra evaluando los efectos a mediano plazo de los aranceles y subrayó la importancia de una “resiliencia colectiva” para superar este periodo complejo.