Por medio de un comunicado, en su cuenta de X (antes Twitter), la Autoridad Aeronáutica Civil de Panamá, dio a conocer suspenden temporalmente los vuelos comerciales entre su país y Venezuela, a partir del 31 de julio.
Esta decisión se da como respuesta a las mismas medidas de rechazo que tomó Venezuela, luego de calificar a Panamá como una nación con “acciones injerencistas”, después de las votaciones del domingo, cuando las autoridades panameñas criticaron el proceso electoral, donde resultó reelecto Nicolás Maduro.
En el oficio también se indica que esta medida se aplicará a “las aeronaves de aviación general con matrícula venezolana que quieran ingresar al territorio panameño” hasta que se establezca un mecanismo con el Instituto Nacional de Aviación Civil de Venezuela, “en donde se determine cómo se solicitan, el tiempo de tramitación y aprobación de los permisos de aterrizaje en cada país”.
Casi de inmediato, la aerolínea panameña Copa Airlines, con vuelos a Venezuela, se pronunció por medio de sus redes sociales lamentando “los inconvenientes que esta medida, fuera del control de la empresa, pueda causar en los planes de viaje de sus pasajeros y hará todo lo posible para disminuir su impacto”.
A los pasajeros afectados con vuelos ya programados, les propuso opciones como la de un cambio de fecha, de origen o de destino dentro de la misma región sin cargos adicionales; la cancelación del viaje manteniendo el valor del boleto como crédito para una fecha de viaje futura o su reembolso.
Es así como se comienzan a reflejar los estragos políticos, posterior a que Nicolás Maduro exigiera Panamá y República Dominicana, así como a Argentina, Chile, Costa Rica, Perú y Uruguay, “el retiro, de manera inmediata, de sus representantes en territorio venezolano”, en rechazo a sus “injerencistas acciones y declaraciones” sobre las presidenciales.
Aunado a estos actos, Venezuela igual decidió “retirar todo el personal diplomático de las misiones” en estos siete países latinoamericanos.