La reciente entrega de Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, ha sido objeto de intensas especulaciones, especialmente sobre su conexión con Joaquín “El Chapo” Guzmán. Según el periodista Luis Chaparro, la entrega de Zambada fue una maniobra planificada desde la prisión por Guzmán, quien buscaba proteger a su familia y negociar mejores condiciones para su situación legal.
UN PLAN DESDE LA CÁRCEL
En declaraciones en el programa “La Saga”, Chaparro reveló que antes de la captura definitiva de El Chapo el 8 de enero de 2016, Guzmán había instruido a sus hijos a entregarse a las autoridades estadounidenses.
“Él sabía lo que se venía; pensó que si sus hijos continuaban en la operación, las autoridades irían tras ellos. Así que les pidió que se entregaran”, explicó Chaparro.
La entrega no solo se trataba de una rendición personal, sino de una estrategia más amplia para salvaguardar el futuro de sus descendientes y asegurar un acuerdo que pudiera beneficiarlos en el contexto de la guerra interna del Cártel de Sinaloa.
LA MOTIVACIÓN DE LOS HIJOS
Chaparro también destacó que, mientras algunos de los hijos de Guzmán continuaron en el negocio del narcotráfico, Joaquín Guzmán López, conocido como El Güero, expresó su deseo de desvincularse de las operaciones del cártel.
Según el periodista, “Joaquín quería dedicarse a otras cosas. Intentó estudiar para salir de la facción, pero su apellido lo mantenía atado al mundo del narcotráfico”.
Además, se mencionó que Guzmán había enviado cartas a su hijo, sugiriendo que ya sabía qué pasos debían seguir. La propuesta incluía que Joaquín se entregara voluntariamente, con la esperanza de negociar beneficios tanto para él como para su hermano Ovidio, que se encontraba en una situación complicada con la ley.
“Una vez que El Mayo estuviera detenido, las autoridades de EE. UU. moverían las audiencias de Ovidio, lo que abriría la puerta a negociaciones más favorables”, afirmó Chaparro.
CONTEXTO DE LA GUERRA ENTRE FACCIONES
La entrega de Zambada se produce en un contexto de creciente violencia entre las facciones de Los Chapitos y La Mayiza, lo que ha llevado a un número alarmante de muertes entre militares y civiles en Sinaloa. Este conflicto interno dentro del cártel ha generado un clima de inestabilidad y miedo en la región, y la captura de figuras clave como El Mayo podría ser un intento de los carteles de reestructurarse y negociar con las autoridades.
Las revelaciones de Luis Chaparro abren un nuevo capítulo en la narrativa sobre la dinámica del Cártel de Sinaloa y su liderazgo. Mientras la guerra entre facciones sigue cobrando vidas, las estrategias de negociación y entrega revelan la complejidad del mundo del narcotráfico y las interacciones familiares que juegan un papel crucial en este oscuro entramado. La entrega de Zambada, lejos de ser un simple acto de rendición, es una jugada maestra en un juego de ajedrez que involucra vidas, libertades y el futuro de una dinastía criminal.