Por Juan José Ibañez
Hola mis queridos lectores, espero que estén pasando muy contentos en este último fin de semana de vacaciones, espero que ya hayan acabado las tareas y deberes de casa y los de la escuela también, bueno hoy quisiera compartir con ustedes algunos de mis recuerdos del días del niño.
Bueno les platico que yo, hoy en día, ya no festejo el día del niño, pues ya soy un adolescente, pero les contaré algunos días del niño que tuve, unos buenos y otros no tanto, así que comencemos.
El primer recuerdo que les quiero compartir es cuando mis padres me mandaron a trabajar al mercado, ya que en días anteriores me había ido muy mal en la escuela primaria, no me apliqué ese bimestre, y mis padres me dieron una pequeña probada de lo que es la vida de los niños que no estudian, y la verdad quedé muy sorprendido al ver cómo es la vida trabajando duro, no tuve más remedio que aceptar la consecuencia, con un poco de resistencia, pero al final me quedé y creo que me fue bien porque las personas me felicitaban pues era día del niño. Esa fue una enseñanza inolvidable.
En otra ocasión, en la escuela primaria nos hicieron un pequeño convivio y nos permitieron ir de ropa casual, nos trajeron pizza y aguas de sabor, fue muy divertido y me la pasé muy bien ya que después del convivio jugamos y después vimos una película, y de ahí nos fuimos a casa, ese día mis padrinos vinieron a cenar y a dejarme un regalo, recuerdo que era una playera verde de manga larga que disfruté mucho.
Otro día del niño inolvidable fue en el jardín de niños cuando los papás de todos nos hicieron un espectáculo de circo en el que se vistieron de animales, malabaristas, domadores y todos los demás personajes de circo, me acuerdo que mis amigos y yo nos divertimos mucho con lo que hacían los payasos y la malabarista hacía muchos trucos muy interesantes, por cierto la malabarista era mi mamá y el presentador, mi papá, ese día fue el más divertido y recuerdo que lo pasé en compañía de mis amigos.
También recuerdo que otra vez, también en el jardín de niños, nos llevaron unas pequeñas albercas inflables en donde chapoteamos mis amigos y yo, lo que me cuenta mi mamá es que yo no me quería quitar los zapatos porque no quería que nadie viera mis pies descalzos, no sé por qué me daba un poco de pena, pero el chiste es que aun así me metí a chapotear con mis amigos.
El año siguiente me cambiaron de kínder y en la nueva escuela hicimos un pequeño paseo en bici, que consistía en ir del kínder a la primaria, muy cuidados y acompañados por maestros y papás; luego bailamos vestidos de pollitos, lo que me pareció un poco penoso, pero también lo disfruté.
Los invito a que recuerden cómo han celebrado el día del niño y cuál ha sido su celebración favorita. Espero que estas historias les hayan gustado porque a mí en lo personal me gustó contárselas, disfruten este día del niño y pórtense bien, nos leemos en otra ocasión.
¡Adiós!