La piratería, una actividad caracterizada por falsificar un producto y comercializarlo de manera ilegal, perjudica la economía y los hábitos de consumo de las personas. A nivel global, México se encuentra entre los diez países que consumen más productos piratas, de los cuales destacan los cosméticos, los juguetes, los electrónicos, las películas, el calzado y la ropa.
Según Kaat Jansen, especialista en cosmética de Allabouther.nl, los cosméticos piratas representan un alto riesgo para la salud. Los productos deben contar con registro sanitario y certificación de calidad en laboratorios autorizados. En Países Bajos, los fabricantes siguen la base de datos CosIng de la Comisión Europea para obtener información sobre las sustancias o ingredientes cosméticos autorizados para la elaboración de sus productos, incluidos los requisitos y restricciones legales.
En ese sentido, las compañías deben asegurarse de utilizar componentes seguros para los productos de uso personal. Los ingredientes pueden, por ejemplo, no ser cancerígenos o tóxicos. Asimismo, deben demostrar la seguridad del producto mediante una evaluación realizada por un farmacéutico, toxicólogo, dermatólogo o químico cosmético.
Por otro lado, la adquisición de juguetes y electrónicos ofrecidos por la piratería pone en riesgo la salud de los niños. Según la compañía de certificación, pruebas y verificación SGS México, los materiales utilizados en estos artículos de dudosa calidad incluyen químicos peligrosos, como el plomo, utilizado comúnmente como pintura.
De acuerdo con los datos de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumidor de Estados Unidos (CPSC) la presencia de plomo en los juguetes representa un problema de salud pública y afecta a las compañías y manufactureras reguladas.
La exposición al plomo puede afectar el sistema nervioso de los niños, provocando cambios de comportamiento, agresividad y dificultad en el aprendizaje. En 2017, la Organización de la Mundial de la Salud (OMS), reveló que 1.6 millones de personas fallecieron por la exposición a este elemento tóxico que es invisible a la vista.
Los expertos mencionaron que las regulaciones y leyes no pueden controlar el tipo de químicos usados en su fabricación debido a la falta de supervisión de mercancía pirata que circula en mercados negros.
Una encuesta para la Medición de la Piratería en México de 2016 reveló que más de 40 millones de consumidores compran piratería en el país. Según un estudio cuantitativo elaborado por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) en CDMX, Pachuca, Torreón, Tijuana, Guadalajara, León, Puebla, Oaxaca, Veracruz y Mérida, el 39 % compra películas piratas, el 23 % calzado y el 22 % música, por su bajo costo y accesibilidad.