¿Por qué amamos la comida crujiente?
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Nutrición

¿Por qué amamos la comida crujiente?

La obsesión del ser humano por la comida crujiente y grasa se remonta a tiempos ancestrales


¿Por qué amamos la comida crujiente? | El Imparcial de Oaxaca
De vez en cuando podemos "tocar la canción favorita" con alguna que otra fritura

Seguramente empiezas a saborear con tan solo escuchar el crujir de unas papas fritas, el olor que emana un pollo frito o el burbujeo de algo friéndose en un sartén. Resulta ser que esto es algo normal. La obsesión del ser humano por la comida crujiente y grasa se remonta a tiempos ancestrales.

Un investigador de la University of Southern California explica que todo empezó en la época de cazadores y recolectores. Cuando el ser humano empezó a hacer uso del fuego para cocinar sus alimentos, un nuevo mundo de nutrientes más disponibles, se reveló. Comida rica en energía, de fácil digestión y mayor biodisponibilidad. Ese crujir de un alimento cocinado, y el sabor adquirido, fueron claves para la nutrición y evolución del humano.

La razón por la que amamos las cosas crujientes es el fuego. La mejor disponibilidad de los nutrientes, originó un desarrollo cerebral. La atracción por alimentos crujientes, fue meramente por sobrevivencia.

Regresando al presente, comer algo crujiente ya no significa “si no como esto, no sobreviviré”. La explicación por este gusto por lo crocante, es por la calidad sensorial que despiertan estos alimentos.

Cuando comemos mucho de un alimento, hay una tendencia a habituarnos a su sabor, haciéndolo menos y menos apetecible cada vez que lo consumimos. Sin embargo, con los alimentos crujientes, la experiencia auditiva produce una “orquesta en nuestro cerebro” que hace que se convierta en nuestra melodía favorita. El sonido y el sabor en conjunto suena muy bien para nuestro cerebro.

Es por eso que el pollo frito tiene gran popularidad. Conociendo estos datos, ¿será posible generar la misma experiencia sensorial con alimentos con un perfil nutricional más adecuado?… De hecho, si. Totopos horneados en ensaladas, cacahuates o frutos secos también podían ser opción. El horno puede ser un buen aliado para crear empanizados sin freír.

Y ¿por qué no? De vez en cuando podemos “tocar la canción favorita” con alguna que otra fritura. Como bien decía este artículo: “entre más cantidad comamos de un alimento, menos se disfrutará”. Si consumimos estos alimentos esporádicamente disfrutaremos más del momento.


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