Conserva frescas tus flores de calabaza
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Nutrición

Conserva frescas tus flores de calabaza

Como sabemos que tú y tu familia adoran consumirlas, ya sea en quesadillas, ensaladas, sopas e incluso cremas


Conserva frescas tus flores de calabaza | El Imparcial de Oaxaca
Siempre será mejor que las comas apenas las compres

Las flores de calabaza son un ingrediente indisociable de las milpas mexicanas, que se ha consumido desde épocas prehispánicas. Son deliciosas, sí, pero también muy delicadas.

Es probable que alguna vez hayas comprado un ramo generoso de ellas en el tianguis, las guardes y, por un olvido común, las olvides hasta dos o tres días después. Obviamente, para entonces estarán deshechas e inservibles, incluso dentro de tu refrigerador.

Como sabemos que tú y tu familia adoran consumirlas, ya sea en quesadillas, ensaladas, sopas e incluso cremas, hoy te queremos contar de trucos para que nunca más se vuelvan a echar a perder, incluso si no las consumes el mismo día que las compras.

 

¡Toma nota!

Mantenerlas frescas no es tan difícil. Solo debes tener en cuenta que nunca te durarán más de cuatro días (sin congelar) y que, claro, siempre será mejor que las comas apenas las compres.

No obstante, alargar su vida depende de tan solo la aplicación de unos cuantos tips.

Acá te damos algunas recomendaciones para que lo logres:

Nunca, nunca, nunca las laves, ni las mojes antes de guardarlas. Eso acelerará su proceso de descomposición.

Procura que el lugar donde las guardes esté siempre entre 3 y 4.5 grados centígrados. No menos, para que no se congelen; no más, para que después del primer día no estén semimarchitas.

Aplica la medida más infalible: tal y como las conseguiste en el súper o el tianguis, envuélvelas en papel periódico y mételas en una bolsa de plástico. Sácale a ésta todo el aire y métela así en el refrigerador.

Si tienes la máquina especial para guardarlas al vacío en bolsas, es momento de que la saques y la pongas en acción.

Si ya sabes que necesitas tus flores de calabaza para hacer cremas (e incluso sopas), mejor fríelas primero y guárdalas en tuppers que cierren herméticamente o, nuevamente, en bolsas al vacío, para volver a ellas después.