La Basílica de la Soledad en la capital del Estado de Oaxaca es un símbolo de la identidad oaxaqueña y un referente del arte barroco mexicano.
Para los católicos, la Basílica de la Soledad es un punto central de la fe en Oaxaca. La Virgen de la Soledad, patrona de la ciudad, es venerada con profunda devoción por los oaxaqueños, quienes acuden a la basílica para pedir protección, agradecer favores o simplemente encontrar consuelo.
La Basílica de La Soledad es, por tanto, un lugar de gran importancia histórica, religiosa y arquitectónica; por cierto, de gran interés para los visitantes, tanto del país, como de otros lugares del mundo. La basílica fue construida entre los siglos XVI y XVII, en un estilo arquitectónico que refleja la fusión entre el arte indígena y el barroco español.
Su fachada, que es de estilo barroco suntuoso, recargada y ornamentada. Combina elementos europeos con influencias indígenas en los detalles y materiales. Mientras tanto, su interior es amplio y majestuoso; está decorado con altares ricamente tallados, retablos dorados, pinturas y esculturas que reflejan la religiosidad y el arte de la época. Tiene también una importante torre que se eleva sobre el paisaje urbano. En tanto que, en los materiales, la construcción utilizó materiales locales, como piedra cantera, madera y estuco, combinados con técnicas europeas.

Toda esta combinación de arquitectura y arte hacen que se vuelva un gran atractivo turístico, que se complementa también, con las nieves que se sirven en el Jardín Sócrates, ubicado en la misma plazuela a las afueras de esta basílica, en la cual hay unas escaleras, y que al estar todas estas construcciones en lo alto, logran que el público se sienta en un espacio importante, por su altura y por su ambiente, ya que aquí convergen personas de diferentes países, que van a probar las nieves en donde encontrarán una diversidad de sabores que se cuentan por decenas.
Ese ambiente que se logra entre la visita a la basílica y el probar las tradicionales nieves oaxaqueñas, lo hacen un gran punto de interés turístico, que es considerado por muchas agencias de turismo, en sus tours por la ciudad.
Así que ya sabes, cuando visites la ciudad de Oaxaca, date una escapada para esta basílica, seas o no católico, es un lugar emblemático. De hecho, su arquitectura es un testimonio de la gran riqueza artística de la época colonial en México, un ejemplo de cómo diferentes culturas e influencias se combinaron para crear un estilo único y propio.
También tiene una interesante leyenda que aquí te la contarán con detalle, por lo pronto te digo que la imagen de la virgen apareció milagrosamente en el siglo XVI, convirtiéndose rápidamente en objeto de veneración. Te esperamos; será una estancia para ti y tus acompañantes, inolvidable.
Jorge Armengol explora su faceta en el canto, con gran pasión

Jorge Armengol ha logrado ser el proveedor de su familia a través de su oficio: él es nevero y cuenta con un expendio de nieve en el Jardín Sócrates; sin embargo, ha decidido apostar por aprender a cantar, disciplina que, nos cuenta, siempre le ha llamado la atención.
Para Jorge Armengol el iniciar en esta nueva faceta le ha servido como terapia personal, ante el estrés que produce el tener muchas responsabilidades, él lo ha visto como una oportunidad para distraerse.
Totalmente decidido, Jorge Armengol nos dice que ha empezado el camino de esta experiencia y seguirá hasta donde lo lleve. Aunque reconoce que le gustaría interpretar temas oaxaqueños, de autores de nuestra entidad, por ser él nativo de Oaxaca.
Preguntamos a Jorge cómo se pueden superar los obstáculos para poder darse impulso en decidir hacer lo que te apasiona, a lo cual nos dice que lo más difícil que le ha tocado es vencer el miedo al escenario, así como a las barreras mentales, a las creencias limitantes, para poder conocer hasta dónde puede uno llegar. Tomando en cuenta que él es muy reconocido porque procede de una familia que se han dedicado a la conservación de las nieves típicas, de hecho lo cual ha venido realizando al frente de “La Nevería la Oaxaqueña”, en el Jardín Sócrates en la parte exterior de la Basílica de La Soledad.
Nos platica que experimentar día a día el canto, lo ha llevado a tener confianza en sí mismo y conocer sus propias capacidades, exigiéndose y comprometiéndose en esforzarse para superarse en esta área que siempre le había atraído, pero que no había dado ese paso.
Le inspiran sus sobrinos que están aprendiendo: Adrián, a tocar el violín y Valentina está en ballet.
Como retroalimentación con más gusto está al frente de la nevería “La Oaxaqueña”, teniendo presente que sigue en sus clases de canto y que estará participando en diferentes eventos en donde ya pondrá en práctica las técnicas para cantar mejor, con el paso del tiempo.
Recientemente, recibió un reconocimiento y un galardón de parte del tenor Luis Adrián, gran cantante oaxaqueño que es su mentor y de quien nos dice tiene mucho que aprender.
Le mantiene muy emocionado este nuevo capítulo en su vida. Después de años de dedicarse a su expendio de nieves; ahora se enfoca a desarrollar su talento vocal. Este proceso de crecimiento está lleno de aprendizaje, pero Jorge no se limita sólo al estudio, está aprovechando al máximo cada oportunidad para tener mejores técnicas y eventos en los cuales pueda ser invitado a poner en práctica su talento.
Una nueva historia inicia Jorge Armengol, permitiéndose a sí mismo tomar un camino que lo tenía inquieto por no haberlo explorado.