Más que votar
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Columna

Más que votar

¿Cómo soñamos que sea el país, el estado, la ciudad, el barrio, la colonia donde vivimos?


Y ahora ¿qué? Cómo entender una elección, ¿cómo un mundial? ¿cómo un evento que ocurre cada cuatro o seis años, dura un día, en el que nos ponemos la playera de nuestro equipo, al final hay un vencedor, el que gana celebra, el que pierde se retira, al final todos vamos a dormir y al día siguiente seguimos en lo mismo, en busca de una nueva fiesta?

No. Una elección es una oportunidad y una invitación a responder una pregunta ¿Cómo soñamos que sea el país, el estado, la ciudad, el barrio, la colonia donde vivimos? La pregunta nos impulsa a mirar nuestro entorno y a ponernos objetivos, queremos una escuela o mejor educación, queremos mejores espacios públicos o la posibilidad de convivir en paz en ellos, queremos que el dinero de los impuestos se utilice transparente y eficazmente o queremos que se pida más a quien más gana, podemos querer eso, todo, y más, la pregunta es a quién elegir, quién puede hacer que nuestro objetivo tenga una ruta, hacer que esa ruta se siga y, por supuesto, llegue hasta el final. Votar es un pacto.

Votar es elegir y significa también delegar. Se delega la responsabilidad de que el objetivo que deseamos construir lo ejecute una persona, un presidente o un legislador.

Votar es delegar, mas no declinar. Votar significa confiar y, afortunadamente, no de una manera ciega, sino crítica y vigilantemente. Elegir significa seguir a quien nos representa y garantizar que trabaje por cumplir las metas trazadas.

Un objetivo para una sola persona es imposible, el elegido hace su trabajo, pero quienes estamos alrededor seguimos en el camino.

Esperar que quien es electo cumpla es una alternativa, más no la única. En democracia uno de los primeros elementos que elegimos es la libertad: libertad de expresión, de creación, de construcción, de ser. Uno de los primeros elementos que defendemos al elegir es la urgencia que tenemos de ser libres. La libertad también es para incidir, a pequeña o a gran escala, pero incidir, participar para que las cosas se muevan y cambien. Hay decenas de ejemplos de cómo la libertad ha sido la única herramienta necesaria en una sociedad para lograr un objetivo que tenga tanto o más beneficios que una promesa de gobierno cumplida.

Está ahí el ejemplo de los maestros rurales que enseñan a utilizar herramientas digitales a niños de comunidades marginadas de África, los artistas que desarrollan actividades didácticas con niños refugiados, los grupos ecologistas y los pueblos indígenas que luchan por evitar la devastación del Amazonas o incluso los zapatistas que en Chiapas redescubren la democracia y la vida comunitaria todos los días. 
Elegir es confiar, delegar, pactar, vigilar, esperar, es un paso en la lucha por la libertad y, sin embargo, no es ni de cerca el fin de la tarea de un individuo en sociedad.

El ensayista holandés Rob Riemen escribió un libro con un título pertinente Para combatir esta era (Taurus, 2018) y ante la pregunta qué podemos hacer para mejorar presenta este planteamiento:

“Lo que debe hacer todo el mundo es darse cuenta de que solo tenemos una vida y que no sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí. 

“Lo que hay que hacer es que la vida merezca la pena haciendo algo que nos satisfaga. Según Sócrates solo hay dos grandes preguntas: ¿cuál es el modo correcto de vivir? y ¿qué es una buena sociedad? Si encuentras una respuesta a la primera, posiblemente obtendrás la respuesta a la segunda y viceversa, porque no vivimos solos, estamos siempre rodeados. Cuando encontremos el modo correcto de vivir, podremos contribuir a una buena sociedad. No puedo imaginar una vida significativa sin libertad. Si no somos libres somos esclavos o robots. No es fácil ser libre, es más fácil obedecer. Pero la nobleza de espíritu es algo que todo el mundo puede adquirir, no hace falta dinero, está ahí. Solo hay que hacerlo”.


aa

 

Relacionadas: