La explotación ilegal del delfín rosado (Inia geoffrensis), que se encuentra en peligro de extinción en el Amazonas, es impulsada por un mito que le atribuye propiedades mágicas. Las pusangas, perfumes hechos con aceite y partes del cuerpo de delfines, se venden en mercados y en internet, a pesar de que la especie está protegida.
Pero además, el mamífero está amenazado por la intensa sequía. Caracterizado por su peculiar tono de piel, ha en la cuenca de los ríos Amazonas, Madeira y Orinoco. Actualmente son considerados una especie en peligro de extinción debido a múltiples amenazas como la sequía.
Un grupo de biólogos, pescadores y veterinarios unieron fuerzas para evitar que las poblaciones de estos mamíferos sean masacradas por las condiciones climáticas adversas como sucedió el año pasado.
Un camarógrafo Romi Castagnino recorrió Iquitos, Perú, donde revela el comercio de productos derivados del delfín rosado en el mercado de Belén. A través de entrevistas con expertos y miembros de comunidades indígenas, evidencia las raíces culturales y el impacto devastador de esta práctica.
El mito del bufeo colorado, un cuento de la época colonial en el que el delfín se transforma en un ser antropomórfico, ha sido explotado por chamanes urbanos para alimentar la demanda de productos derivados de la especie. Esto ha ocasionado una explotación ilegal de delfines por su aceite.
A pesar de los desafíos, existen esfuerzos de conservación e iniciativas comunitarias que protegen a los delfines y luchan por una acción urgente para garantizar su supervivencia.
LA SEQUÍA, EL CAMBIO CLIMÁTICO
Además de la superstición, durante la sequía de 2023, los investigadores encontraron 209 cadáveres de delfines, rosados y grises, lo que representa un 15 por ciento de la población del lugar.
Las teorías principales de los especialistas apuntan a que las muertes fueron provocadas por el aumento de la temperatura del agua que, a su vez, causó alteraciones neurológicas en los mamíferos y los desorientó, lo que impidió que buscaran una zona más fresca.
Sus estudios ayudarán a evitar que una tragedia similar a la del año pasado ocurra de nuevo. Se informó que los investigadores cuentan con un plan de emergencia en caso de que las aguas alcancen temperaturas peligrosas.
Consiste en llevarlos con grandes redes hacia aguas más profundas y frías río abajo para después colocar una valla que impedirá su retorno. “No queremos limitarnos a contar los cadáveres, queremos evitar las muertes”, aseguró Marmontel.
Un grupo de biólogos, pescadores y veterinarios unieron fuerzas para evitar que las poblaciones de estos mamíferos sean masacradas por las condiciones climáticas adversas como sucedió el año pasado.
Una de las tareas del equipo consistió en tomar muestras de sangre de los delfines rosados del lago Tefé, en la cuenca del Amazonas, así como realizar otro tipo de exámenes para asegurarse de que gozan de un buen estado de salud.