Cafeterías reutilizan vasos desechables para reducir la contaminación
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Cafeterías reutilizan vasos desechables para reducir la contaminación

Los negocios que participan en este proyecto lavan los vasos de plástico y los vuelven a poner en circulación


Cafeterías reutilizan vasos desechables para reducir la contaminación | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Internet

Friburgo es una ciudad que cuenta con un sistema de vasos reutilizables para bebidas calientes fabricados en polipropileno, un derivado del petróleo.

Sì un ciudadano de esta ciudad compra un café para llevar, en una cafetería debajo de su casa, se lo bebe por la calle y, al terminarlo, lo devuelve en una panadería que hay al lado de su trabajo o en algún establecimiento de esta ciudad del suroeste de Alemania que participan en el proyecto Freiburg Cup desde hace dos años, y que venden café.

Los negocios que participan en este proyecto lavan los vasos de plástico y los vuelven a poner en circulación. Solo cuando ya no sirven se reciclan: “Dejemos de hablar de reciclaje y de materiales y hablemos del uso que se da a los envases”, apunta Isabel Coderch, fundadora de la consultora especializada en sostenibilidad Te Lo Sirvo Verde.

El campus de la Universidad de Deusto en San Sebastián (Gipuzkoa) puso en marcha un sistema similar el pasado septiembre pero a menor escala. El proyecto se llama Kikara (taza en euskera) y surgió en Impact Hub Donostia, un centro formado por profesionales y activistas que desarrolla ideas de índole social. Los alumnos solicitan una tarjeta previo pago de un depósito que canjean por un vaso reutilizable de bambú.

Cuando lo devuelven en la cafetería del campus recuperan la tarjeta. El vaso se lava y no se desecha. Vuelve al circuito. Unos 50 alumnos se suscribieron desde el principio. “Hubo algunos que no participaron, pero en cambio les veías con una taza de casa. Ha servido para crear conciencia”, se alegra Sandra Pérez, la responsable de comunicación de este centro de innovación.

El aeropuerto de Gatwick, a 45 kilómetros al sur de Londres, hizo algo parecido. Existen puntos repartidos por las terminales donde se recogen los vasos reutilizables. “A veces en los aeropuertos te sirven el café en un vaso desechable. Pero si no me voy a mover, pónmelo en una taza de loza”, se queja Coderch, que ayuda a negocios de restauración a ser más sostenibles. Una quincena de chiringuitos de playa de Barcelona cuenta con un sistema de vasos retornables desde el verano de 2018.

Los festivales de música cobran por los vasos desde hace tiempo. Son los esfuerzos de asociaciones y empresas para cambiar el paradigma de usar y tirar por el de reutilizar. Cuando los envases son de un solo uso, la tecnología y la innovación se encargan de que sean menos contaminantes.

La revolución del sector

Carlos Enguix es responsable del Departamento de Tecnologías del Envase en Ainia, un centro que ayuda a las empresas a innovar en cuestiones como la forma en la que envasar un filete de ternera, agua embotellada o un paquete de salchichas. Enguix ha trabajado 25 años en esta industria. Responde por teléfono desde Valencia: “El momento actual es el más animado en cuanto a cambios en el sector. Una revolución”, describe. Este ingeniero industrial se refiere a las decisiones que están tomando las empresas para no quedarse atrás. A partir de 2021 los plásticos de un solo uso estarán prohibidos en la Unión Europea. “Las empresas que no se espabilen van a perder cuota de mercado”. Enguix señala al consumidor junto con la UE como las dos grandes fuerzas que van a propiciar la transición a un envase más respetuoso con el medioambiente.

El experto señala por dónde van los tiros: “Los envases se tienen que parecer a un traje a medida”. Se trata de usarlos de manera racional y concebirlos para que se puedan reciclar. Los materiales multicapas son los que más quebraderos de cabeza dan, como el envase para el pan hecho de papel y con una parte de plástico para que se vea el contenido. “Tenemos que pensar si para la vida útil de ciertos alimentos se necesitan todas esas capas. Son difíciles de reciclar”, apunta Enguix. El centro tecnológico Ainia ha desarrollado una bandeja compuesta entre el 90% y el 95% de cartón. El resto es un film fácilmente separable para su reciclaje. Se ha diseñado para los alimentos que ahora se comercializan en bandejas de plástico. “Le das al consumidor lo que pide”, resume el ingeniero.

Montse Castillo, coordinadora del área de packaging del IQS Executive (perteneciente a la Universitat Ramon Llull), refuerza la tesis del correcto tamaño del embalaje. “Optimización logística”, describe de manera técnica. “Se han estandarizado los envases. Pequeño, mediano y grande. Pero la tipología es diferente”, apunta.


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